La tranquilidad y armonía que ofrecen los parajes alejados de las junglas de cemento les resultan atractivos a varios mendocinos para construir y encontrar allí su lugar en el mundo. Por esta razón se entiende el considerable crecimiento urbanístico en distritos como Lunlunta, Cruz de Piedra o Russell (todos de Maipú), así como también en otros puntos con similares características.
No obstante, los vecinos de los mencionados lugares no están disfrutando de la tranquilidad que caracterizaba la zona y, según denunciaron, en los últimos meses la inseguridad ha crecido considerablemente, llegando -incluso- a registrar un episodio delictivo al menos una vez por semana (especialmente, sábados y domingos).
El último fin de semana, tres matrimonios y dos chicas fueron sorprendidos por cuatro asaltantes, quienes irrumpieron en la vivienda de Lunlunta en la que cenaban. A las mujeres las encerraron, mientras que a los hombres los ataron y los obligaron a tirarse al piso. Se llevaron dinero, artículos personales y tres vehículos, que luego fueron encontrados quemados en distintos sitios.
"Se robaron hasta las mascotas de las chicas, dos guitarras mías que eran viejas, un violín con el que las chicas estaban aprendiendo y una colección de casetes mía. Son cosas que para nosotros tenían un valor sentimental incalculable, pero que no tiene ningún valor para ellos", contó Diógenes "Gino" González, dueño de la casa en la que fueron sorprendidas las ocho personas el fin de semana.
"A un matrimonio joven que estaba viviendo acá desde hacía poco le pasó lo mismo que a nosotros, con el agravante de que a él lo subieron al auto con ellos, lo golpearon y lo dejaron tirado en Coquimbito. El matrimonio decidió irse y no volver hasta que esté más tranquila la situación", agregaron.
"Ya no sabemos a dónde recurrir. Cada vez que vamos con el problema nos dicen que no hay recursos para poner más personal policial en el lugar. Sería lamentable que le ocurriera una tragedia a alguien. Si te llevan el televisor, podés reponerlo. Pero si te llevan una vida no hay cómo recuperarla", destacó otro vecino de Cruz de Piedra, quien prefirió no ser identificado por temor a represalias.
Uno por semana
El barrio Ciceroni fue el escenario del más reciente de los episodios que ya tienen más que preocupados a los pobladores.
"Gino"González (47) y su mujer Carola (41) eran los anfitriones de un asado con dos matrimonios amigos. Mientras tanto, sus hijas -de 12 y 14 años- estaban en su dormitorio. Ya eran los primeros minutos del domingo y los amigos se encontraban de sobremesa cuando, desde la puerta de la cocina -que estaba abierta, dado que Gino había estado entrando y saliendo mientras hacía y servía el asado- irrumpieron cuatro personas encapuchadas y armadas.
"A nosotras tres y a las dos chicas nos encerraron en el baño, mientras que a los hombres los ataron y los obligaron a tirarse al piso. Tenían armas de fuego y picanas, y las ponían al lado nuestro todo el tiempo. Noté que no estaban ni borrachos ni 'dados vuelta', y creo que por eso no fueron tan violentos. Además nosotros fuimos sumisos e hicimos todo lo que nos pidieron. Yo sólo les pedía que nos dejen ver a nuestras hijas", contó Carola.
Su esposo, en tanto, recordó como fueron esos treinta minutos (que parecieron una eternidad). "Apenas se fueron, fue mi hija la que vino corriendo a desatarnos. Me acuerdo de las nenas en esa situación, pienso en ella y se me piantan lagrimones. Porque tienen ese instinto de supervivencia. Por suerte físicamente no nos hicieron nada (más allá de algunas patadas en el piso)", agregó el hombre con voz entrecortada.
"Me hace sentir muy mal el saber que cuando vengan amigos a mi casa voy a tener que estar mirando por atrás y por la ventana. Al vecino de al lado también le han entrado a robar, y así sucesivamente", acotó.
Los ladrones se llevaron dos guitarras, un violín, varios casetes, un televisor, un equipo de música, dos notebooks, los celulares de todos, algunos DVDs, una máquina de coser, tres mil pesos en efectivo y como cuatro mil en productos Natura. Todo el botín fue cargado en tres vehículos (uno de cada matrimonio), y al día siguiente los vehículos fueron encontrados quemados en Luján y en el límite entre Godoy Cruz y Ciudad.
El matrimonio coincidió en que en el último tiempo se ha puesto más difícil la situación. Y a ellos se le sumó el testimonio de Daniel, un vecino de Cruz de Piedra. "Desde febrero, todos los fines de semana tenemos un episodio así. A mi casa entraron cuando no estaba y me rompieron los muebles, se llevaron todo. Salís a laburar y estás preocupado, pensando todo el día en que pueden entrar a tu casa. Y al mismo tiempo tenés que estar agradecido de no estar ahí si entran", contó el vecino, quien resaltó que al estar rodeada de fincas la zona, tienen por donde escapar los ladrones.
"Ya mandaron a dos policías que estuvieron un tiempo en el lugar, en una casilla que pudimos construir los vecinos. Pero después los tuvieron que sacar por falta de recursos. Y tuvimos que desarmar y guardar la casilla, porque cuando se fueron también empezaron a romperla. Realmente buscamos una solución y esperamos que esto nos movilice, porque la gente está muy preocupada", indicó el matrimonio de Lunlunta.
"Hemos tenido reuniones con el Gobierno, con la gente de la distrital Maipú y el argumento es siempre el mismo: falta de recursos para poner personal fijo acá. La policía siempre viene cuando la llamamos, pero es siempre después de un hecho. En ese sentido, la subcomisaría nos ha dado su celular y atiende cuando la llamamos. Pero no se hace nada como prevención", sintetizó otro vecino de Cruz de Piedra.
Anoche, al cierre de esta edición los vecinos del Ciceroni mantuvieron una reunión con autoridades del Ministerio de Seguridad y la comuna. Desde esa cartera adelantaron que intentarán encontrar una solución junto a los vecinos.