"Que hay descontrol hay descontrol, que hay corrupción no hay ninguna duda. Esta corrupción genera exclusión y a los argentinos nos genera inseguridad".
Con esa frase, Luis Cayuela, miembro de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, resumió lo que Periodismo para todos buscó mostrar anoche: la falta de control y la trama de corrupción que atraviesa a las cárceles.
Según la Dirección de Política Criminal, en 2012 hubo 2.979 intentos de fuga, a un promedio de ocho casos por día.
Una de las más emblemáticas de tiempos recientes fue la fuga de 13 presos del penal de máxima seguridad de Ezeiza, en agosto de este año, que derivó en la renuncia de Víctor Hortel como director del Servicio Penitenciario. En los últimos 3 meses, se escaparon 94 reclusos y apenas se recapturaron 37.
Según el informe presentado por Jorge Lanata ayer, las fugas son un eslabón más de la cadena de corrupción de las cárceles.
Ex detenidos, empleados del Servicio Penitenciarios, periodistas y especialistas como el procurador penitenciario de la Nación, Francisco Mugnolo, y el secretario de ejecución penal de la Defensoría de San Martín, Juan Manuel Casolati, enumeraron los delitos más comunes que se cometen en las cárceles.
David Nievas, un ex detenido, contó: "Vos podés pagar una salida transitoria. Ahí se hacen informes, dentro del Servicio Penitenciario por el cual ellos te hacen bien los informes a cambio de dinero. Tenés que pagar diez mil pesos. Es bastante plata. Muchas veces ellos escriben cualquier cosa, vos les das el dinero y ya está".
Nievas precisó, además, que por $500 se consigue un celular y por $200 una botella de vino y reveló que "el jefe del penal pone una persona específica para la venta de la droga".