Denuncian la desaparición de un testigo del caso Mariano Ferreyra

Se trata del trabajador ferroviario Enrique Alfonso Severo, que debía declarar hoy en Tribunales en el juicio por el crimen del militante del Partido Obrero. Encontraron su auto con las llaves puestas.

Denuncian la desaparición de un testigo del caso Mariano Ferreyra
Denuncian la desaparición de un testigo del caso Mariano Ferreyra

Enrique Alfonso Severo, un ferroviario que debía testimoniar hoy en el juicio por el asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra, permanece desde anoche en paradero desconocido y según su familia ha sido secuestrado.
 
Su auto apareció cerca del mediodía abandonado y con las llaves puestas.

"Alguien lo secuestró" y "se lo llevaron", dijo esta mañana el hijo, Gastón Severo, y agregó que su padre "está desaparecido y nosotros estamos destruidos".

El joven precisó que Enrique "salió de casa, en Sarandí, a eso de las once y media de la noche, iba a diez cuadras, a la casa de la madre de mi hijo. Llamó y dijo 'estoy yendo', pero nunca llegó".

Silvia Nuñez, la esposa del hombre desaparecido, radicó a las 3.20 de la madrugada una denuncia por la suerte que habría sufrido su marido, que esta mañana recayó en la Unidad Funcional de Instrucción número 13, de Avellaneda.

El auto de Severo fue hallado en la localidad bonaerense de Gerli, partido de Avellaneda, informaron fuentes policiales.

El vehículo, un Renault Clío patente HGA 137, fue encontrado abandonado y con la llave colocada en el pasaje Angaco 1536 de esa localidad del sur del conurbano, donde se preservó el lugar para el trabajo de la Policía Científica.

Por su parte, el Ministerio de Justicia y Seguridad bonaerense informó en una nota que instruyó "acciones de búsqueda" del empleado de Ferrobaires a la Dirección de Personas Desaparecidas de la Subsecretaría de Justicia, y a las Superintendencias de Investigaciones y Delitos Complejos.

Severo hijo también precisó que su papá iba vestido con pantalón jean, camisa y zapatos, que los familiares "preguntamos en todos los hospitales y ahí no está", así como que "el auto no se encontró en ningún lado, un Renault Clío cinco puertas, color negro, con patente HSA137".

"En ningún momento él se hubiera borrado, pongo las manos en el fuego por mi padre", indicó al canal de noticias TN y aseguró que "estaba súper entusiasmado con ir a declarar hoy porque quería que se aclare todo esto" del asesinato de Mariano Ferreyra.

Consultado sobre qué tenía para decir en el juicio, Gastón sostuvo que "él conoce desde el primero al último (de los ferroviarios) que aparecen en los videos en la estación Avellaneda cuando fue el crimen de Mariano Ferreyra" y comentó: "Sabe qué clase de personas son".

"Cuando fue el crimen él salió a hablar, dio un par de notas, colaboró para hacer un libro, y a nosotros nos tirotearon la casa, tuvimos amenazas y tuvimos seis meses un móvil en la puerta de mi casa", recordó.

Desde que la semana pasada había recibido la citación del Tribunal Oral Criminal 21 para declarar este jueves, expresó, "veníamos con tres días de llamadas telefónicas con amenazas".
"El nunca tuvo miedo de nada y estaba súper entusiasmado porque su vida es el ferrocarril y empezó a pasar todo esto (...) nos echaron, nos tirotearon, nos golpearon, hay muchas cosas atrás" se lamentó y declaró que "por ayudar termina siendo dañado uno mismo".

El abogado de la querella, Ismael Jalil, confirmó los dichos de Gastón Severo y consideró que su padre "es un testigo que comprometía seriamente a los referentes de la Unión Ferroviaria, a José Pedraza, a Juan Carlos Fernández...".

Y recordó que "ya al declarar en la primera instancia hablaba de un entramado de responsabilidades que había entre la conducción de la empresa de la línea Roca y la UF".

Además Severo reveló que la agrupación del sindicato Unión Ferroviaria (UF) de Plaza Constitución guardaba armas en su oficina de esa terminal de trenes, según el letrado.

También destapó que en la víspera del asesinato de Ferreyra, el 20 de octubre de 2010, la empresa Trenes Metropolitanos y la UF había convocado a los ferroviarios a sumarse a la patota del gremio para repeler la protesta de los trabajadores tercerizados, que querían cortar las vías de la línea Roca.

El Tribunal Oral en lo Criminal 21 juzga el crimen de Ferreyra y las heridas producidas a otras tres personas cuando militantes políticos que apoyaban una manifestación de empleados ferroviarios tercerizados fueron atacados por una patota de la UF.

Pedraza y su segundo en el gremio Juan Carlos "Gallego" Fernández están acusados de ser instigadores del crimen, mientras que Cristian "Harry" Favale, barrabrava de Defensa y Justicia vinculado al gremio, y el ferroviario Gabriel "Payaso" Sánchez aparecen como supuestos autores materiales.

Otras seis empleados ferroviarios y afiliados de la UF están sindicados como integrantes de la patota que con distintos roles participaron del ataque, mientras que siete oficiales de la Policía Federal, entre ellos los comisarios Luis Mansilla y Hugo Lompizano, están imputados de liberar la zona para facilitar el ataque y luego no detener a los implicados ni recolectar prueba para la investigación judicial.

Aquel 20 de octubre de 2010 un grupo de trabajadores tercerizados de la línea Roca protestaba por 117 despidos y reclamaba pasar a planta permanente y planeaba cortar las vías del tren a la altura de la estación Avellaneda, como ya habían hecho en otras oportunidades.

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