El 27 de junio, una alumna de 14 años de la escuela Enrique Mosconi, de Chacras de Coria, le contó a su mamá que uno de los celadores le había dicho groserías mientras se tocaba.
Esa misma tarde, ella y dos compañeras, que habían vivido situaciones similares, denunciaron al hombre en la Fiscalía 15 de Luján.
Las autoridades escolares decidieron cambiar de turno al empleado, para que no tuviera contacto con los estudiantes, pero los padres se indignaron al enterarse de que ayer había ido al establecimiento por la mañana.
La mamá de una de las denunciantes -prefirió no identificarse para preservar a la menor- comentó indignada que no quieren que ese hombre esté en el colegio en ningún horario.
Y que si en la escuela, como le han indicado, falta personal, no es algo que importe cuando se trata de agresiones de esta naturaleza. Agregó que afortunadamente la chica no se ha vuelto a cruzar con el celador, pero teme que pueda ocurrir y por eso hoy la va a acompañar al colegio.
La mujer señaló también que no le ofrecieron ningún tipo de asistencia psicológica a su hija después de lo ocurrido.
Ese 27, una de las chicas fue al baño y el celador -al parecer tiene poco más de 20 años- ingresó y le dijo una frase de grosero contenido sexual, al tiempo que se tocaba.
La adolescente contó lo que había pasado a sus compañeras y dos respondieron que les había ocurrido algo similar, aunque no se habían animado a hablar en el momento. Las tres decidieron radicar una denuncia en conjunto en la Oficina Fiscal 15, de Luján.
Tres días después, el expediente fue derivado a la Comisaría 47, porque la fiscal consideró que no había elementos para tipificarlo como un delito, sino más bien como una falta o contravención.
Los directivos de la escuela, en tanto, decidieron alejar al celador de toda posibilidad de contacto con los alumnos, por lo que cambiaron su horario del turno mañana a uno nocturno, de 19 a 24 (los estudiantes de la tarde se retiran a las 18.30).
Uno de los padres acudió también a la DGE, donde la Dirección de Educación Técnica derivó el caso a los asesores de Jurídicas para que analizaran la situación y determinaran qué medidas se pueden tomar.
Según indicaron, no pueden dejar al hombre sin trabajo hasta que se compruebe que se comportó de manera incorrecta.
Patricia Luschini, regente de la escuela Enrique Mosconi, resaltó que siguieron el protocolo para estos casos y que el celador (uno de los tres) realiza sus tareas cuando no hay alumnos.
Ayer, planteó, acudió porque lo citaron ya que debía firmar unos papeles y la Secretaría sólo funciona en horario de mañana. La mujer comentó que se trabajó con las niñas en el gabinete y que en su momento se citó a los padres para que hablaran con psicopedagogos.
