El festival de denuncias contra fiscales sigue agitando la grieta judicial. En la mañana de ayer el blanco fue dos veces el fiscal Juan Manuel Bancalari. Una de las presentaciones fue una ampliación ante el Jury de Enjuiciamiento; la otra fue una denuncia penal en su contra: en ambos casos se lo acusa de haber beneficiado a dos amigos en una causa penal por estafa.
Dos de los señalados como supuestos estafadores son amigos de Bancalari y jugaron juntos al rugby en el club Los Tordos; supuestamente el fiscal habría cometido diversas irregularidades en la investigación del caso para salvarlos.
Bancalari tiene dos acusaciones ante el Jury de Enjuiciamiento presentado por el abogado Carlos Castillo. El lunes 29 de agosto hubo una segunda denuncia en su contra impulsada por otro abogado, Carlos Moyano.
La primera ya fue admitida y el fiscal prepara su defensa por escrito; la segunda será aboradada por el tribunal político el jueves 15 de setiembre, momento en que se decidirá si acepta o rechaza la denuncia.
Ayer Moyano amplió la segunda denuncia ante el Jury e hizo una presentación penal hasta con fotos de Bancalari con los denunciados en eventos sociales y deportivos, obtenidas en redes sociales y en medios de comunicación.
El caso es embrollado. En 2014 el abogado Carlos Moyano inicia una causa por estafas contra tres personas, el escribano Mariano Polvorinos, el empresario Mauro Carrió y el contador Jorge Rodríguez.
La historia se vincula a un local comercial de 1.400 metros cuadrados de calle San Martín de Godoy Cruz, a metros de calle Alvear. Allí Moyano, junto a un socio, instaló el bowling: Tork.
El local era propiedad de una empresa radicada en Uruguay, Dencosur SA, aunque los testimonios indicarían que el dueño es Carrió; el escribano que firmó el contrato de alquiler fue Polvorinos y el apoderado de Dencosur era Rodríguez.
Siempre según la denuncia, la garantía fue un boleto de compra-venta de un departamento ubicado en provincia de Santa Fe y hubo un pago de 20 mil dólares en dos recibos de 10 mil dólares cada uno. El local funcionó hasta que los dueños del local habrían pedido un incremento desmedido del alquiler.
El problema es que los 20 mil dólares de depósito no aparecieron y los dueños del local reclamaron el departamento de la garantía. Entonces, en 2014, Moyano presentó la denuncia por estafa, que cayó en la fiscalía de Delitos Complejos de Daniel Carniello.
Es largamente conocido el periplo de Carniello. En noviembre pasado fue desplazado de esa fiscalía por decisión del ex procurador Rodolfo González y fue puesto en su lugar Bancalari.
En esa causa hay un imputado: el contador Rodríguez.
Siempre según Moyano, el 6 de julio, habiendo conocido la amistad que unía a Bancalari con los acusados, pidió que el fiscal se inhiba de participar en la causa. El 28 de julio Bancalari admite la amistad que lo une con Polvorinos, pero dice que ha solicitado su sobreseimiento por beneficio de la duda con anterioridad a la presentación del abogado querellante.
Moyano acusa que Bancalari había incorporado un decreto con fecha 2 de mayo ordenando un informe contable a un contador que se desempeña en la Fiscalía, obviando que ese tipo de análisis debería ser ordenado al Cuerpo Médico Forense, que no depende directamente del Fiscal. Y
también se había incorporado al expediente el informe de ese contador, en el que no constaba fecha de emisión, sobre el que luego Bancalari habría basado el sobreseimiento de su amigo Polvorinos.
Es decir, Moyano acusa a Bancalari de haber alterado el expediente con informes contables apócrifos para salvar de la imputación a un amigo.
Además, supuestamente el fiscal habría omitido el análisis de un informe remitido por la AFIP en diciembre del año pasado (solicitado por el anterior fiscal de la causa), ni haber notificado a la querella de la llegada de ese informe para que interviniera un perito de parte.
Cabe recordar que el local de calle San Martín figura como propiedad de una empresa radicada en Uruguay, por lo que Moyano entiende que debería haberse solicitado la intervención de la Justicia Federal por la posible delito de evasión fiscal.
Con estos elementos, más las fotos de Bancalari, Polvorinos y Carrió, es que Moyano no sólo amplió la denuncia para la destitución del fiscal por el Jury de Enjuiciamiento, sino que además también lo denunció penalmente.