Por José Luis Toso - jtoso@losandes.com.ar
Como prueba para medir la imagen que los mendocinos tienen de la gestión, el resultado electoral de ayer lo debe dejar satisfecho a Cornejo, más allá de que la diferencia porcentual con el justicialismo no fue tan amplia como muchos vaticinaban. En todo caso, el resultado está dentro de lo que el Gobernador venía contemplando en las últimas semanas como el límite de lo tolerable.
Es indudable que la diferencia obtenida por el oficialismo en los departamentos del Gran Mendoza y Luján sustentó la tendencia irreversible que le permitió a Cornejo y su equipo festejar con tranquilidad poco después de que comenzaran a conocerse las cifras oficiales y enfatizar que la ciudadanía con su voto le permite ratificar el rumbo de la gestión.
La victoria en Las Heras es doblemente satisfactoria porque se trata de uno de los bastiones históricos del peronismo mendocino cuyos referentes necesitaban reivindicarse tras la caída de hace dos años atrás.
De cara a las elecciones generales del 22 de octubre, el oficialismo provincial arranca con una clara ventaja y pensando en repetir sin sobresaltos el triunfo conseguido ayer.
Los guarismos de estas PASO también pueden ser considerados como el aval de buena parte de los mendocinos a la gestión ordenada que impuso Cornejo desde que se hizo cargo de la administración provincial. Hasta ahora fue suficiente con esa acción, no menor si se tiene en cuenta la complicada situación que encontró al asumir en diciembre de 2015.
Lo que faltó para que la victoria de ayer fuese lo holgada que muchos anhelaban en la UCR y el macrismo local posiblemente haya que buscarlo en el voto esquivo de aquellos que no comparten del todo las políticas nacionales, especialmente en lo económico. Cornejo goza de mejor imagen popular que el presidente Macri en la provincia, según las encuestas.
Por el lado del justicialismo, el porcentaje global obtenido produce algún alivio, porque varios aventuraban guarismos mucho menores. En cuanto a la cantidad de votos obtenidos, con seguridad al justicialismo mendocino le resultó beneficiosa la interna que dirimió con estas primarias, porque la contienda siempre moviliza a los dirigentes, con más razón cuando hay necesidades de permanencia, resurgimiento y proyección, como se dio en esta oportunidad según cada uno de los sectores que compitieron.
El triunfo de la lista de Omar Félix se apoyó en los intendentes que tiene PJ. Cuatro de ellos ganaron cómodamente y Giménez, en San Martín, caía anoche por escaso margen.
El kirchnerismo, con su segundo lugar en la interna, parece consolidar su espacio en la provincia. Tienen el mérito de haber competido dentro de la estructura del PJ, quedando ahora bien posicionados hacia la elección de octubre por la presencia en las listas que se aseguran. Llegará el momento de discutir estrategias para octubre y ponerse de acuerdo para ello con Félix.
El gran derrotado en la contienda peronista de ayer es el sector que lidera Carlos Ciurca, que apadrinó sin éxito a la lista de Jorge Tanús y Patricia Fadel. Así, parte de lo que puede identificarse como la ortodoxia del peronismo provincial prácticamente se ve obligada a buscar refugio por un tiempo. Para algunos directamente se trata de un ciclo finalizado.
Los errores de esa dirigencia del peronismo, que no logra enderezar el rumbo tras el fatídico 2015, le dan la oportunidad de trascender y posicionarse a dirigentes hasta ahora desconocidos, pero identificados (en este caso con Cristina Kirchner), frente al grueso del PJ que todavía no sabe realmente con quién referenciarse.
Mención para el mano a mano entre el FIT y la lista debutante de Protectora. El batacazo lo dio ésta, porque la izquierda perdió votos que la alejaron de una elección acorde con los guarismos obtenidos en las competencias recientes.
