¿Por qué se lo llevan a Colón? ¿Qué hizo de malo?", pregunta una señora que mira la grúa.
"Llegar a Bahamas antes que Lázaro Báez", contesta el operario socarrón.
Balanceándose en el arnés cual fuerza bruta, Colón gira en el aire y en esos segundos cuando queda de frente a la Rosada ironiza, con su lengua de mármol: "Tierra a la vista".
Quinientos años atrás eran menos obvios. Aunque sea para vender espejitos a un Félix Díaz, Colón le hubiera dado una audiencia. ¿Cuál es el instrumento de tortura del colonizador kirchnerista? La espera. Te matan con la indiferencia.
Ya recostado sobre el andamio de madera, Colón no lo puede creer: "¿Es posible que en Argentina, en pleno siglo XXI, estén discutiendo si fui aventurero o genocida?"
El mismo de la grúa le contesta: "Esta vez no llegaste a América. Llegaste a Jurassic Park, donde ideas prehistóricas sobreviven misteriosamente".
Una cosa es bajar el cuadro de Videla y otra bajar la estatua del genovés. ¿Se dará cuenta el Gobierno de que diciéndole genocida a Colón caricaturiza su propia lucha por los derechos humanos?
Como no precisa fuel oil, la máquina de democratizar no para. Como no pudieron "democratizar" la Justicia, "democratizan" la estatua que la Justicia había ordenado no trasladar. Lo cómodo del autoritarismo es que ofrece campos de batalla de todos los tamaños. Ahora bien: después del avance que se hizo en materia de derechos humanos y civiles, ¿había necesidad? Si en vez de mirar cinco siglos para atrás, hubieran mirado 20 años para adelante, Argentina conservaría el autoabastecimiento energético. Hoy dependemos de que la Niña, la Pinta y la Santa María traigan gas licuado.
Además de la energía, el otro gran tema estructural en el que se retrocedió es en transporte. En los 10 años del "primer mundo" menemista más los 10 años de la "década ganada", ¿cuál es el medio de transporte que más creció en Argentina? ¡La combi!
¿Hay algo menos estratégico y más contaminante que miles de combis yendo y viniendo junto a los ramales ferroviarios? Sin embargo, ningún gobierno o municipio piensa seriamente en regularlas, porque son el dispositivo ortopédico atornillado al costado de las vías para que el ramal no se quiebre.
El 30 de agosto de 1857, 365 años después de que Cristóbal Colón llegara en carabela, rueda por primera vez un tren en Argentina.
Se cuenta en la
que "en el viaje inaugural, de ida no hubo contratiempos. Pero a la vuelta, el maquinista, el inglés John Alian, a pedido de los pasajeros, imprimió mayor rapidez, se entusiasmó y puso a la locomotora a 25 millas por hora, lo que para aquel entonces era una velocidad formidable. Todo iba bien, hasta que a la altura de la estación Almagro la locomotora descarriló, rompiendo aproximadamente 80 metros de vía.
La desgracia pudo haber sido más grande si la locomotora no se hubiera encajado en un gran zanjón que la detuvo. El vagón encomienda se volcó y el coche de pasajeros quedó semitumbado. Los accionistas que habían puesto el dinero para el emprendimiento se juramentaron que dicho accidente quedara en el más absoluto secreto, a fin de no difundir alarma. Pero la prueba bastó para darse cuenta de que la vía no estaba aún en las condiciones requeridas para librarla al público". Error humano y o falta de inversión. Sí. Estamos como en el viaje inaugural.
Mientras tanto, en Ciudad Gótica, la "Presidenta termina de hablar en otro acto: "No es una decisión caprichosa. Queremos sacar a Cristóbal Colón para instalar a Juana Azurduy, esa heroína de la Independencia".
Tiene razón La Fraternidad. Poner cámaras en la cabina del motorman no sirve para nada. A la conductora le ponen la cámara en dos o tres actos por semana. ¿Y acaso frena?