Con sus motos y bicicletas recorren las calles de Mendoza casi a cualquier hora. Estuvieron mucho más activos desde que el 20 de marzo pasado se decretó el aislamiento social y vieron cómo su actividad se volvió esencial y, por lo tanto, su trabajo aumentó considerablemente. Pero también comenzaron a sufrir robos, cada vez más constantes y más violentos. En los últimos nueve días, deliveries de distintas plataformas digitales registraron al menos 13 hechos de inseguridad de los que fueron víctimas.
La situación los llevó a encabezar una manifestación el miércoles pasado en el cruce de San Martín y Garibaldi. Estacionaron sus motos y comenzaron a tocar sus bocinas. En el suelo, las cajas donde trasportan los pedidos formaban la palabra "seguridad" para hacer visible su reclamo.
"He hablado con varios compañeros y hay muchos robos. La Policía no hace nada; hay muy pocos controles en zonas oscuras. Además, no ves circular a nadie", confió Luciano, un repartidor de una app.
"Constantemente te arriesgas a que te roben. Los asaltos pasan en cualquier zona pero últimamente están robando mucho en la Cuarta Sección (de Ciudad). Demasiado", agregó.
Para el joven, no hay días ni horarios específicos en que se cometan los atracos, aunque reconoce que se incrementan cuando empieza a oscurecer. "El año pasado sufrí un asalto mientras estaba trabajando. Estaba en la esquina de Ituzaingó y Beltrán, en el Área Fundacional; me robaron la moto, el celular, la billetera. Fue un sábado a las 15.30 con arma de fuego", recordó.
Y añadió: "A los chicos de las bicis les ponen un arma de fuego en la cabeza o les pegan y les roban la bicicleta, el celular, la billetera donde uno lleva el dinero que tenés para caja para poder trabajar".
Aseguran que hay pocos controles
Diego es otro delivery. Participó de la manifestación en el corazón de la Ciudad porque, al igual que sus compañeros, está preocupado. "Estamos en una emergencia sanitaria donde, supuestamente, hay controles cada pocas cuadras. Pero hay muchas zonas donde no hay nadie. Ponen mucha seguridad en el Centro pero cuando nos toca hacer una entrega en Las Heras, por ejemplo, no sabemos qué nos espera", aseguró.
Para evitar permanecer mucho tiempo en la calle con un cliente al que le están llevando un envío han adoptado una media preventiva. "Algunos hemos empezado a llamar al cliente a 10 cuadras del destino para estar el mínimo tiempo posible en la calle, cosa de hacer la entrega, que el cliente pague con el dinero justo y seguir", detalló Diego.
Él aún está conmocionado por el atraco que sufrió días atrás una compañera. "Una chica estaba trabajando con una bici que le estaba comprando el hermano, pero no se la pudo terminar de pagar porque se la robaron. La amenazaron con un 'fierro' en la cabeza y decí que no salió la bala", relató.
Algo que también está ocurriendo y preocupa a los deliveries es que algunos "clientes" están usando sus servicios para hacerlos llevar droga. Otros hacen pedidos falsos y, cuando el repartidor llega a destino, lo asaltan. "Se está prestando para todo, incluso para pedidos falsos. Hasta droga nos han enviado y no podemos revisar lo que hay en la carga, pero no somos tontos", comentó el muchacho.
Y concluyó: "Hubo un caso donde un compañero apenas recibió el pedido se dio cuenta de que era droga y le avisó a un policía que estaba cerca. Y agarraron a uno... Pero de 30 que lo hacen".
