El tren que chocó ayer en Once también impactó en la campaña electoral, a una semana de las elecciones legislativas. Mientras el ex piquetero y ultrakirchnerista Luis D'Elía volvió a hablar de sabotaje, desde la oposición cuestionaron al Gobierno nacional.
"¿Fue la negligencia de un motorman que se duerme o habla por teléfono o sabotaje electoral de los expertos en 'accidentes' ferroviarios?", tuiteó temprano D'Elía.
El candidato a diputado por el Frente Renovador, Sergio Massa, afirmó que hay "una situación clara de desinversión" y un "problema estructural" en el sistema ferroviario. Y propuso formar una mesa de diálogo "para definir una política en materia de transporte".
Fernando Pino Solanas fue a la estación a solidarizarse con las víctimas, pero fue abucheado: "No vengas a hacer política, no seas caradura", le gritaron. El candidato a senador de UNEN sostuvo: "No se puede reconstruir ni sanear el sistema ferroviario con los mismos que lo destruyeron y siguen haciendo negocios con el mismo". Y acusó a Randazzo: "Sólo maquilló los trenes con plasma y pintura".
"Si en estos diez años de vacas gordas no hubieran hecho algunas cosas tan mal, los trenes no serían tan inseguros", opinó el diputado Ricardo Alfonsín.
La candidata a diputada bonaerense Vilma Ripoll (MST en Podemos), criticó: "Ni los vagones chinos ni las estaciones pintadas evitan nuevas tragedias".
Y reclamó la estatización de los trenes bajo control de trabajadores y usuarios. Lo mismo pidió Jorge Altamira, candidato a diputado por el Frente de Izquierda. "Hay que poner fin a toda la mafia, que arranca desde la cúpula del poder hasta los grandes grupos económicos", reclamó.