La suspensión de las sesiones extraordinarias del Congreso y el abandono de la reforma laboral para limitarla a iniciativas aisladas, confirman el cambio de estrategia del gobierno.
Se deja atrás el "reformismo permanente" anunciado tras el triunfo en la elección legislativa y la negociación con la "oposición dialoguista" representada por los gobernadores y la CGT.
Las medidas necesarias se adoptan por decreto como ya sucedió con la desburocratización, la suspensión de la paritaria docente y la designación de los embajadores en "comisión".
Las iniciativas en el campo laboral, para avanzar caso por caso, empezaron al incluirse el blanqueo laboral en el mencionado decreto de desburocratización.
La idea de hacer de 2018 un año electoral, subordinado a la reelección de Macri en 2019, también comenzó. El gobierno que a fines del año pasado pensaba anular las PASO, ahora las ha asumido como pieza clave de su estrategia electoral.
No sólo se mantendrán, sino que se tratará de que todas las provincias las utilicen como pujas competitivas para la elección de candidatos a gobernador.
Mantener las PASO contribuye al objetivo de hacer de 2018 un año electoral, porque tras el Mundial faltarán sólo ocho meses para la definición de las candidaturas.
Ya se tomó la decisión de que los cinco distritos que gobierna Cambiemos (Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Mendoza, Corrientes y Jujuy) realicen la elección de gobernador junto con la presidencial en octubre de 2019. Y se inducirá -con éxito incierto- a los diecinueve gobernadores opositores a que hagan lo mismo.
Esta estrategia refuerza el poder del jefe de Gabinete (Peña) dentro del gobierno, al considerar el Presidente que es la figura clave de su equipo para ganar elecciones.
En la legislativa, la subordinación de la gestión de gobierno a la estrategia electoral fijada por Peña se dio en los cinco meses previos, que fueron entre mayo y octubre.
Ahora, la idea es que la campaña ya comenzó y entonces dicha subordinación tiene lugar durante toda la segunda parte del mandato. Esta concentración de poder en el jefe de Gabinete ha significado incluso el alejamiento del principal asesor de Macri en materia de opinión pública y comunicación (Durán Barba).
Se traduce también en una ampliación del poder de sus dos brazos operativos (Quintana y Lopetegui) sobre el gabinete.
Tanto la escalada de críticas inducidas hacia el Papa, como la ofensiva contra la CGT se inscriben en este replanteo estratégico, en función del cual también el "ala política" (Frigerio, Monzó, Massot) pierde poder al dejar de ser prioritaria la negociación con la oposición dialoguista para hacer funcionar el Congreso.
Pero este cambio de estrategia está teniendo como consecuencia el proceso de inicio de un reagrupamiento opositor. Solo un mes atrás, a fines de diciembre, en el peronismo predominaba la impresión de que la reelección de Macri en 2019 era casi un hecho y que en consecuencia no era necesario forzar un proceso de unidad, dado que no se podría ganar la elección. Esa percepción ha comenzado a cambiar, a partir de que el gobierno perdió una decena de puntos en la opinión pública a raíz de la reforma previsional.
La oposición estaba dividida entre "dura", con eje en el kirchnerismo, y "dialoguista", articulada por los gobernadores del PJ. En el peronismo ahora -como se ha hecho evidente en las gestiones en el ámbito bonaerense en función de la unidad total del partido- se piensa que tiene sentido discutir la unidad, aunque se trata de un proceso difícil, que solo puede concluir en agosto de 2019, eligiendo un único candidato presidencial en las PASO que tendrán lugar en agosto de ese año.
El cambio de estrategia del gobierno ha hecho que en los últimos días se tiendan puentes entre los gobernadores, el sindicalismo y el kirchnerismo.
La Cámpora ha respaldado a Moyano frente a la ofensiva judicial que tiene y los gobernadores han aceptado participar en negociaciones de unidad, siempre que Cristina no tenga un rol protagónico. Ella, por su parte, se ha quedado en Santa Cruz sin fecha de regreso a la Ciudad de Buenos Aires.
Al mismo tiempo, el oficialismo parece haber perdido la sensibilidad que tuvo en los dos primeros años de gobierno para evitar imágenes de corrupción propias.
El viaje de Macri hace de la política exterior un tema central durante estos días. Las inversiones son la prioridad del Presidente, consciente de que es un área de su gobierno en la cual los resultados no son los esperados, al comenzar el tercer año de gobierno.
En Rusia, la inversión que se buscó es en algunas áreas de infraestructura, como las centrales nucleares y el petróleo y el gas. También se analizó la posibilidad de algún reequipamiento militar, continuando la política de Cristina que compró dos buques menores y dos helicópteros para la campaña antártica anual.
A ello se agrega el pedido de que medios navales rusos sigan participando de la búsqueda del submarino San Juan, dado que en caso contrario el gobierno argentino debe licitar con empresas privadas la tarea.
En Davos, Macri tuvo encuentros con empresarios globales, como es el caso de Gates, buscando mostrar las posibilidades de Argentina en los distintos campos.
Fracasaron las gestiones para el encuentro con Trump. Pero el secretario de Estado (Tillerson) vendrá a la Argentina en febrero y a su pedido visitará el Invap, la empresa provincial rionegrina que fabrica reactores nucleares de investigación, que han sido comprados por diversos países, entre ellos Australia.
En Davos, Macri también se reunió con los primeros ministros de Alemania, Canadá y Holanda. El mismo día, pudo anunciar que Argentina ganó la licitación para instalar un reactor nuclear de investigación en el último país.
Finalmente, Macri visitó París, reuniéndose con Macron. Avanzar en la agenda del G20 fue tema del encuentro. La intención de Macri de flexibilizar la posición francesa en la negociación UE-Mercosur no ha sido fácil de lograr.
El gobierno argentino ofreció saldar la deuda de Argentina con la empresa francesa que tenía Aguas Argentinas y comprar dos patrulleros oceánicos, que había cancelado.
Es posible que esta gira por Europa, junto con la Cumbre del G20 que tendrá lugar en la capital argentina a fines de noviembre, sean los dos hechos más relevantes en la política exterior de 2018.
