Muchos papeles, bancos diseminados por el campo de juego, algunas manchas cerca del lateral oeste y, lo más importante, menos pozos de lo que habitualmente suele dejar un recital.
En la tarde de ayer, Más Deportes recorrió el campo de juego del Gargantini y pudo comprobar que, afortunadamente, el concierto de Maná dejó menos secuelas de las esperadas. El césped no luce pelones ni champas levantadas, sí algunos desniveles producto de la presencia de unas ocho mil personas sobre la verde gramilla.
Quizá el sector que más haya sufrido las consecuencias sea donde se montó el escenario que ayer se estaba desarmando con prisa y sin pausa. Es que dadas las urgencias por recuperar el campo de juego para el próximo lunes, ni bien Fernando Olvera interpretó su último tema, los empleados de la empresa organizadora del evento comenzaron a trabajar en el desarmado del escenario ubicado en el sector norte del estadio Bautista Gargantini.
“La empresa dejó un cheque en garantía por el campo de juego, pero la realidad es que no está en malas condiciones. Esta noche (por ayer) terminarán de desarmar y cargar en los vehículos y mañana (por hoy) desalojarán todo”, comentó el vicepresidente Leonardo López.
El directivo azul deslizó que hoy realizarán los arreglos correspondientes sobre el terreno de juego y que luego será regado. La idea es que mañana por la tarde el plantel pueda pisarlo sin exigirlo demasiado para que llegue en óptimas condiciones al trascendental juego del próximo lunes frente a Instituto de Córdoba.
Dado el ingreso de dinero fresco que ingresó a las arcas del club, la intención de la dirigencia sería alquilar nuevamente el Gargantini para la realización de uno o dos recitales más de aquí a fin de año. Eso sí, López aclaró que de ninguna manera lo arrendarán para conciertos de rock, ya que por una cuestión lógica los campos de juego sufren más las consecuencias.
