El gobernador Francisco Pérez permanecerá diez días fuera de una Mendoza que ha comenzado a mostrar señales de reclamos de todo tipo. En el área estatal las medidas de fuerza en el ex COSE, en Iscamen y -mañana- en la OSEP se suman a los pedidos de inicio -antes de fin de año- de la discusión salarial de 2013.
Y no sólo lo solicitan los docentes del SUTE sino también ATE y Ampros, con una pretensión de 50% de aumento para el año entrante. Ayer se agregó una protesta de vigiladores en el flamante Centro de la Cultura y mañana se prevé el segundo capítulo de un cacerolazo cuya dimensión no es previsible.
Hasta su regreso a Mendoza no se esperan novedades en temas centrales como la reestructuración en el Ministerio de Salud o la marcha de la reforma constitucional.
La UCR y el PD ya piden el cierre del tratamiento de este último tema en comisiones y la pronta votación en el recinto. En tanto el PJ continúa con sus consultas mientras crece la incógnita sobre el voto final del radical Guillermo Simón inicialmente inclinado por el rechazo de la UCR y el PD y luego definido por el tratamiento de la reforma en el recinto, tal como propone el oficialismo.