La deforestación en la Amazonia, en Brasil, aumentó un 215% interanual en febrero, equivalente a una superficie superior a la ciudad de San Pablo, advirtió en un informe la ONG Instituto Imazon.
Según el Sistema de Alerta de Deforestación (SAD) de Imazon, el corte raso de la vegetación en los nueve Estados amazónicos brasileños fue de 1.702 km2 entre agosto de 2014 y febrero de 2015.
Eso representa un aumento de 215% con respecto a la superficie deforestada en mismo período del año anterior, indicó el viernes la ONG, que realiza mediciones mensuales con la colaboración de Google Earth.
Entre agosto y febrero, la deforestación fue liderada por el Estado de Mato Grosso (35%), seguido de Pará (25%) y Rondonia (20%).
El 79% de la deforestación que la ONG registró en febrero ocurrió en tierras privadas u otras modalidades de posesión. El Ministerio de Medio Ambiente, que lleva sus propias estadísticas, dijo al portal de noticias G1 que no comenta los datos de Imazon por no considerarlos oficiales. En noviembre de 2014, el gobierno informó que la deforestación amazónica disminuyó 18% en un año, a 4.848 km2, la segunda menor cifra de la historia. En dicha ocasión, el gobierno aclaró que las cifras de Imazon y las estadísticas presentadas por el Ministerio no pueden mezclarse, ya que emplean metodologías diferentes.
Entre 2004 -cuando iniciaron las mediciones- y 2014, la deforestación en la mayor selva del planeta disminuyó más del 80% según cifras oficiales.
Hace unos días, el emblemático jefe indio de Amazonia, Almir Narayamoga Surui, movilizó a Google: lanzó un plan de gestión forestal, que dio la vuelta al mundo... Y, sin embargo, cada día salen de su territorio 40 camiones cargados de madera cortada ilegalmente.
"La presión es muy alta. Ahora es complicado preservar la selva", explica Surui, que recibió amenazas de muerte de empresarios del sector forestal, pero que no se desanima. "Uno siempre tiene la esperanza de vencer".
En su libro "Salvar el planeta", una suerte de testimonio para sus hijos, el indígena brasileño cuenta cómo decidió, hace 25 años, trabajar para defender a los suyos, protegiendo la selva. "Tenemos un mensaje. Es posible desarrollarse de forma sostenible, en beneficio de todos".