Según los datos que publicó el Ministerio de Economía hasta agosto, el Presupuesto original de este año fue corregido y, de un superávit previsto de $ 830 millones, las cuentas públicas tienen ahora un déficit de $ 156.027 millones.
Ese “rojo” se alcanza a pesar de que el Tesoro recibió casi $ 80.000 millones de transferencias del BCRA y la Anses. Sin esas “ayudas”, el déficit superaría los $ 235.000 millones.
Semejante desfase se explica por el lado de los gastos, que de $ 782.334 millones saltaron hasta agosto a $ 1.000.612 millones. Sin embargo, por las modificaciones presupuestarias aprobadas durante setiembre y en lo que va de octubre, el gasto total vigente ya es de $ 1.096.000 millones, un 40% superior al votado por el Congreso.
Y todavía faltan dos meses y medio para terminar el ejercicio, por lo que se descuenta que habrá nuevas ampliaciones del gasto y mayores transferencias de la Anses y el BCRA.
En especial, porque muchas partidas tienen un elevado nivel de ejecución (por ejemplo Fútbol para Todos, del 91%) y en diciembre, además de los sueldos, el Estado y las provincias deben afrontar el pago del medio aguinaldo. En cambio, por la recesión, los ingresos por impuestos y aportes de la Seguridad Social podrían desacelerarse.
En el Presupuesto 2015 se estima que, sin contar esas transferencias del BCRA y Anses, el déficit de 2014 se triplicará, ya que allí se prevé un desequilibrio final de casi $ 290.500 millones.
Este es un nivel récord, ya que equivale a 7 puntos del PBI. Este altísimo déficit se mantiene incluso si se resta, por ser extraordinario, el “gasto de capital” por la compra del 51% de YPF por unos $ 40.000 millones. Sin YPF, el desequilibrio fiscal sería de $ 250.500 millones, del 6% del PBI.
De todos modos, la mayoría de las consultoras estima que el déficit real -excluyendo las ayudas- sería muy superior, por encima de los $ 300.000 millones, porque los gastos serían mayores y también la asistencia del BCRA/Anses.
Por ejemplo, la Fundación Capital señala que “al Tesoro Nacional le estarían faltando $ 80.000 millones para cerrar la brecha hacia fin de año, de los cuales la mitad se concentra en diciembre” y nuevamente gran parte de esos fondos saldrán del Banco Central.
En el informe de Economía se reconoce que a agosto, los ingresos al Tesoro provenientes del BCRA y Anses aumentaron el 206,3% con relación a igual período de 2013.
La escalada de gastos del último tramo del año está signada por los subsidios a la energía y al transporte, los intereses de la deuda, el pago de sueldos, jubilaciones y otras prestaciones sociales y las transferencias a las empresas del Estado.
Por ejemplo, los intereses de la deuda sumarían $ 83.740 millones, equivalentes al 2% del PBI. “Con relación a los intereses, la diferencia se explica fundamentalmente por la atención de los cupones de los títulos Bonar, Boden 2015 y bonos Par, Discount y Cuasipar, así como los correspondientes a operaciones de financiamiento del Tesoro Nacional con el Banco Nación y a préstamos provenientes de organismos internacionales de crédito”, dice el informe de Economía.
La Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) señala que “desde 2011 en adelante, los recursos se presentan bastante ajustados a la realidad, mientras que los gastos son la variable de ajuste en la presentación del Presupuesto, para luego financiarse con un aumento del endeudamiento, incrementando el déficit fiscal”.
También en un reciente informe, la Auditoría General de la Nación apuntó a la diferencia entre lo presupuestado en el Congreso y el gasto final. “Ejercicio tras ejercicio, se comprueba una brecha significativa entre el crédito inicial aprobado por el Congreso y el gasto que luego autoriza el Ejecutivo”. Pero, este año, esa diferencia será récord.