Una defensora del juego como centro del aprendizaje

La docente e investigadora creó la primera ludoteca de la provincia.

Una defensora del juego como centro del aprendizaje
Una defensora del juego como centro del aprendizaje

leva una camisa y pantalón de vestir, pero calza zapatillas, que le permiten moverse más cómoda de un lado a otro. Así puede buscar algunos de los libros que ha publicado, mostrar un diseño de una caja lúdica y otro de una ludoteca móvil, guardadas en cajas de distinto tamaño. Ante todo, con ese calzado puede jugar.

Porque Elia Ana Bianchi de Zizzias es, entre varias otras cosas, quien se encargó de crear la primera ludoteca de la provincia, ese espacio donde se aprende jugando y se desarrollan la creatividad y la espontaneidad.

La docente e investigadora publicó recientemente "Ludotecas. Espacios de la A a la Z", en donde sintetiza tres décadas de trabajo y describe la ludoteca ideal -la "A"-, para las instituciones educativas donde resulta posible armar una con un espacio propio y específico.

Pero también ofrece claves de cómo se puede crearla en el aula, en el patio escolar, en bibliotecas, en centros de salud y propone una para chicos con capacidades especiales.

E incluso, para los casos en que no es posible destinarle un sitio, menciona una opción -la Z-, que en cierta medida es un requisito para todas las ludotecas: contar con espacios lúdicos en el corazón, como una actitud con la que se emprende el acto educativo o una acción solidaria. El libro se puede descargar en forma gratuita en zizziaseducar.wix.com/proyectoludonino

Elia Ana detalla que el objetivo del proyecto Ludoniño, que desarrolla desde hace más de 30 años, ha sido desafiar la creencia de que se juega en el recreo, pero en el aula se trabaja. "¿Por qué tiene que ser así? El juego es la actividad del niño", plantea.

Y subraya que en las situaciones de crisis la creatividad es fundamental, pero es una facultad que no se favorece en el modelo verticalista que predomina en la educación actual.

Con la certeza de que es posible enseñar y aprender a partir del juego, creó -con un equipo de docentes y especialistas- la primera ludoteca escolar de Mendoza en 1989, que fue replicando en diversos espacios.

Entre las diversas experiencias que enumera, menciona en particular la de la escuela israelita Max Nordeau, donde trabajaron, después del atentado a la Amia, con los miedos. A través de la música, imágenes, visualizaciones creativas, los pequeños fueron elaborando sus experiencias de temor.

"Los chicos, en general, sienten miedo. A las peleas, a los ladrones, al bullying. Pero a veces no tienen quien los escuche. Lo que intentamos es que objetiven ese miedo para que jueguen con él", señala.

En más de una ocasión, Elia Ana habla de los chicos que están en situación de riesgo y lamenta que, por temor a las denuncias de acoso, los docentes hayan inhibido la caricia, la ternura.

"Soy un poco escéptica", responde escuetamente cuando se le pregunta qué futuro avizora a partir de este contexto, que define como una época bisagra. Aunque de inmediato agrega: "Si perdés cierto grado de esperanza tenés que dejar de ser docente".

Algo que, evidentemente, no está dispuesta a hacer. La profesora y licenciada en Filosofía empezó su nutrida trayectoria como maestra de primaria. Luego fue docente en escuelas nacionales, en colegios secundarios, en la universidad y de posgrado.

Entonces, se le presentó la disyuntiva de dedicarse a dos franjas etarias que le preocupan, porque son las que menos atención reciben: la infancia y la tercera edad. Y se terminó inclinando por los más pequeños, el futuro.

Actualmente sigue dictando, en la Casa del Maestro, el seminario de Formación de Ludotecarios.

El salón del primer piso, donde se reúne el equipo de trabajo no sólo cuenta con una biblioteca que alberga las diversas publicaciones de Bianchi de Zizzias, sino que las paredes tienen cuadros que ella misma ha pintado. "Son de mi época de color", informa, en contraposición a la que ahora atraviesa: de creaciones en blanco y negro.

Como energías no le faltan, asesora a través de Internet a personas que la consultan desde distintas partes del Latinoamérica y está organizando un seminario sobre inclusión educativa junto con especialistas de la Universidad de Bolonia. También sigue escribiendo y creó una petición on line por la causa de los niños.

¿Cómo hace para conservar ese amor por la docencia después de tantos años de ejercicio y algunas decepciones? "Se vive, se siente, se crea. Es una pasión, un impulso interior. La docencia es un acto de creación que va más allá de 'el maestro enseña, el otro aprende'. Si no se pone entusiasmo y creatividad, no funciona", lanza.

Petición on line

Una preocupación de Elia Ana es que los niños enfrentan situaciones de mucha vulnerabilidad. Considera que es necesario crear una red mundial que logre comprometer a los gobiernos para que se ocupen de la infancia en una forma efectiva, no meramente formal. Creó una petición on line en una plataforma que permite generar campañas globales.

"Por la causa de los niños. Solidaridad en acto de los países responsables del cambio climático y de la violencia" es el nombre de la petición que, cuando logre como mínimo un centenar de firmas, sería enviada al Papa Francisco y a Bill Gates.

En la descripción plantea que la humanidad debe responsabilizarse "por los millones de niños enfermos, desnutridos, víctimas inocentes de guerras, catástrofes climáticas, abandono, prostitución, analfabetismo".

La

solicitud se puede firmar y compartir por correo electrónico y en las redes sociales.

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