Deseo, en las pocas líneas que permite el Correo de Lectores, referirme a la editorial titulada “Emergencia Social, demagogia y chantaje político”, del domingo 27 de noviembre, y que se refiere a la ley que obtuvo media sanción en el Congreso de la Nación.
En su extensa diatriba sobre los principales puntos del proyecto, la nota expresa cierto desprecio por aquellos que no son trabajadores formales o de saco y corbata, y demuestra desconocimiento acerca de la evolución que proponemos los movimientos sociales de ir desde el mero subsidio a la categoría de trabajador, con derechos consagrados por la Constitución Nacional.
El proyecto tiene entre sus puntos más destacados la creación del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular. Ni más ni menos que promover al trabajador en el lugar que le corresponde. Basta de subsidios. Trabajo.
Hoy, en la Argentina hay más de 55.000 viviendas sin terminar que fueron iniciadas por cooperativas y se les ha quitado el financiamiento.
Es un despropósito ver cómo día a día se van deteriorando. Perfectamente podrían ser terminadas por trabajadores populares. Es difícil para quien nunca vivió la angustia de llevar el pan a la mesa familiar cada día entender que la changa es un trabajo. Entender que lo es el parripollo, la jardinería, el limpiar zapatos. Ese es el trabajo que deben autogestionarse los que quedan excluidos del capitalismo actual, al que el Papa llama “el sistema del descarte”. Y aspiran a tener un salario, una jubilación, vacaciones, protección en caso de accidente. Lo que tienen los trabajadores asalariados y les garantiza la Constitución. En estos días han empezado a lograrlo. Están por primera vez en la “agenda” y con el apoyo de la CGT.
El autor clama por el veto del presidente para este proyecto. Habla de poner a andar el país, seduciendo inversiones. En las antípodas, después de años de organización, los trabajadores y trabajadoras sin patrón ni derechos, sueñan con un sistema que les permita mantener a sus familias con la dignidad del sudor de su frente, y vivir en armonía en su comunidad. Sin que nadie se quede con la riqueza que genera su trabajo, y sin quedarse con la de nadie.
No es el proyecto de país del presidente Macri ni el del gobernador Cornejo. Pero es un proyecto mucho más real y digno que la expoliación, los paraísos fiscales y la economía off shore.
Luis Bohm
Senador provincial
DNI 16.723.586