Dedicada a difundir todo sobre el virus del sida

Junto a su esposo Flavio, cuando conocieron el diagnóstico positivo hace tres años decidieron luchar para prevenir la propagación. Dan charlas y conferencias en plazas y escuelas.

Dedicada a difundir todo sobre el virus del sida
Dedicada a difundir todo sobre el virus del sida

"El peor enemigo es la desinformación por eso mi objetivo con las charlas es que se conozca qué es el VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana), romper un montón de mitos, que se sepa cómo se contagia  o cuál es el tratamiento a seguir”, contó Patricia Ibáñez (33), una joven sanrafaelina que desde que conoció su diagnóstico de VIH positivo se dedica a crear conciencia  sobre este virus.

En esta causa la acompaña, cada vez que su trabajo y sus horarios se lo permiten, su esposo Flavio Gajardo (35), quien también es VIH positivo.

Su actitud ante la situación que les tocó vivir los llevó a afrontar las cosas no con resentimiento o enojo, sino a buscar que se difunda más sobre el VIH-sida, que su experiencia sirva a otras personas para evitar que se siga propagando.

“Hace tres años, cuando nos diagnosticaron VIH positivo, nos encontramos con que había otra gente como nosotros pero nadie sabía nada, a quién acudir, cómo afrontar todo más allá de las indicaciones médicas. Como que uno en ese momento necesita de la experiencia de otros que  estén pasando lo mismo, pero no había nada”, recuerda Patricia.

Mayo de 2011 fue quizás el momento más duro para Patricia y Flavio, cuando supieron el resultado de los análisis que los confirmó como portadores del virus.

Al principio, tal como relata Patricia, fue duro y difícil, “pasamos por todas las etapas, desde la negación hasta que llegamos a aceptarlo. Una vez que aceptamos la condición nosotros y que pudimos decirle a la familia y a los amigos, comenzamos a hacer campañas de prevención”.

Así la primera campaña tuvo lugar  el 1 de diciembre de 2012 en la plaza San Martín, donde se repartieron folletos y preservativos, además de brindar información ellos personalmente.

También participaron en otras actividades como el ciclo “Que sea rock”  en la biblioteca Mariano Moreno, y otra vez en la plaza departamental en diciembre del año pasado con la colaboración de bandas locales y murgas.

Además Patricia trabaja con la Asociación Redes Nueva Frontera, de la capital provincial, por la cual asiste los martes y los jueves al hospital Teodoro Schestakow a colaborar con el servicio que trabaja con el Programa Sida.

“Les ayudo a tramitar los pases libres de transporte o si algún paciente necesita alguna consulta en la que uno pueda ayudar”, explicó. Y agregó que, además, y de forma totalmente voluntaria, si una persona necesita apoyo se lo brindan, en especial a personas recientemente diagnosticadas.

“Tenemos la idea de armar un grupo de autoayuda y queremos en un futuro armar nuestra propia asociación, pero es difícil cuando no se cuenta con recursos o espacio físico”, señaló.

Patricia practica el arte marcial brazilian jiu-jitsu -un deporte de combate y sistema de defensa personal- por lo que hace unos días, junto a las doctoras Cristina Salvador y Claudia Cabello, del Programa Sida en el hospital Schestakow, dieron una charla sobre los deportes de contacto.

“Fue un encuentro informativo dirigido a quienes realizan deportes de contacto que por alguna razón pueden lastimarse o sangrar. El objetivo es que sepan qué hacer ante la posibilidad de una herida producida  durante un entrenamiento o una competencia”, aseveró.

Tras un control odontológico y la sugerencia del profesional de realizarse el análisis, Patricia se encontró ante el resultado positivo. “En un primer momento no creí que estuviera bien, estaba también la negación, el decir ‘esto no me está pasando’.

El fin de año y otras complicaciones se me juntaron y no repetí el análisis enseguida”, dijo. “Sabía que se necesitan tres análisis que lo corroboren y como el primero no es confirmatorio, lo dejé pasar. Así llegué a una infección renal dos o tres meses después del primer análisis y una neumonía atípica en abril”, relató Patricia.

“Ahí le dije al médico que me había dado positivo el análisis, así que nos hicieron las pruebas a los dos y en mayo de 2011 nos confirmaron el diagnóstico y comenzamos a recibir tratamiento inmediatamente”.

En el hospital Schestakow funciona el Programa Sida, dependiente del ministerio de Salud de la Nación, con un equipo interdisciplinario “que me apoya en todo lo que hago y me acompaña en las charlas”, afirmó.

Allí asisten personas de los tres departamentos sureños. En el país hay unas 120.000 personas con VIH-sida, de las cuales 60.000 lo desconocen. En San Rafael actualmente 50 pacientes reciben tratamiento en el hospital Schestakow. DL

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