Actualmente, la gran mayoría de los hogares cuenta con un baño integrado en el dormitorio principal. Tanto si el dormitorio tiene baño incorporado como si no, el detalle fundamental reside en acertar en la armonía tanto de los materiales como en la decoración de los dos ambientes.
AISLADO POR PAREDES
Una de las soluciones es ocultar la ducha tras un frente con puertas de cristal. En este caso el lavatorio, se ha colocado sobre una balda volada en una pared revestida de piedra. Enfrente están los armarios, con puertas de vidrio, al igual que el acceso al baño.
También, se puede:
- Abrir un arco en el tabique que separa el dormitorio y el baño es una excelente opción. Eso sí, en este caso es importante aislar el inodoro.
- Si tenés pocos metros, ubicá el baño al fondo. Separalo por una hoja de cristal fija, de forma que se vea sólo el lavatorio, y la ducha y el inodoro queden escondidos.
CONECTADOS POR UN PASILLO
La cama está situada junto a la ventana y la zona central se ha reservado para hacer un armario a medida que no llega al techo. A continuación se ha ubicado un lavatorio suspendido. El espejo multiplica la luz en esta zona.
DUCHA E INODORO OCULTOS
Los tabiques, que no llegan al techo para dejar pasar luz al baño, tienen un doble uso: uno de ellos sirve de apoyo por delante al mueble de lavatorio, que es de obra, y a la ducha por detrás, que queda oculta. El otro camufla el inodoro. Una idea genial para cuartos mini.
CON PUERTA CORREDERA DE MADERA
La madera oscura tanto en la puerta corredera, de madera de merbau, como en la pared, del mismo material, forman una prolongación perfecta que disimula por completo la separación de las dos habitaciones.
En la esquina, justo debajo de la ventana, una butaca estilo chaise longue, integra a la perfección el estilo señorial.
MADERA Y CRISTAL
Se ha buscado crear una armonía perfecta entre dos materiales distintos: el tipo de madera que recubre el suelo de ambas habitaciones junto con la pared del dormitorio y la puerta corredera, combinándolo con el cristal esmerilado, que separa el baño del sanitario.
Además de elegancia, novedad y estilo, la puerta corredera es ideal para sacar el máximo partido a un dormitorio que no sea demasiado grande como ocurre en esta habitación. La distancia entre la terminación de la cama y la entrada al baño es bastante reducida, por lo que el resultado final es el de un dormitorio totalmente funcional en el que todo está medido hasta el más mínimo detalle.