Es cierto que las bañaderas son menos funcionales que los platos de ducha debido a su tamaño. Últimamente, mucha gente prefiere las duchas por comodidad y porque ocupan menos espacio y puede aprovecharse más el resto del baño, sobre todo si es pequeño. Pero hay que reconocer que las bañaderas tienen un cierto encanto, sobre todo las que no son de obra, ya que pueden colocarse dónde uno quiera y aportar matices diferentes a la decoración, consiguiendo un cuarto de baño único, con personalidad y carácter.
Las bañaderas de estilo romántico con aire retro. Las típicas bañaderas con patas, que aunque son muy clásicas encajan perfectamente en una decoración más moderna, combinando ambos estilos con un resultado muy personal. Además, la incorporación de colores a este tipo de bañaderas, facilitan que puedan incluirse en baños que no tengan una decoración vintage.
Es cierto que necesitamos un baño grande para colocar este tipo de bañadera, pero la forma es muy curiosa y original y vale la pena. Así la decoración queda más uniforme y no hay ningún elemento que resalte, además, este tipo de bañaderas se pueden camuflar con una tapa por lo que el espacio queda completamente diáfano.
Por último, las bañeras más futuristas para los baños más modernos. Nos referimos a las transparentes que, además de dar sensación de amplitud visual al baño, consiguen una estética muy cuidada, sofisticada y vanguardista.