El primer ministro de Japón, Shinzo Abe, fue declarado persona no grata en China debido a la visita que realizó la semana anterior al santuario de Yasukuni, donde se recuerda a los caídos japoneses en las guerras y entre ellos a varios criminales de guerra, informó el Ministerio del Exterior chino en Pekín.
"Un líder japonés así no sería bien recibido por el pueblo chino y los dirigentes chinos no se reunirán con él", dijo Qin Gang, portavoz del ministerio en Pekín.
El jueves pasado el conservador fue el primer jefe de gobierno japonés desde 2006 que visitaba el controvertido santuario, un símbolo de las atrocidades cometidas por el ejército nipón.
Yasukuni, ubicado en el corazón de Tokio, es un monumento imperial donde se rinde homenaje a los soldados caídos en distintos conflictos bélicos, incluida la II Guerra Mundial. Pero tiene mala reputación en la región del Pacífico, porque incluye los nombres de criminales de guerra que actuaron sanguinariamente en la conquista de territorio chino y coreano.
Según las estimaciones de los historiadores, el Ejército japonés asesinó a más de 20 millones de personas en Asia antes y durante la II Guerra Mundial, en la cual actuó bajo la alianza de las Potencias del Eje, conformado por la Alemania de Adolf Hitler y la Italia de Benito Mussolini.
Abe, un conservador de convicciones nacionalistas, no podía haber ignorado las consecuencias de un gesto de esta índole, teniendo en cuenta que las relaciones de su país con China y Corea del Sur están marcadas por los crímenes, violaciones y otras barbaridades protagonizadas por las tropas niponas durante la colonización de la península coreana (1910-1945) y la ocupación parcial de territorio chino (1931-1945).