De un tiempo a esta parte, la relación de Mendoza entre el vino, el paisaje y por su parte el blues que trae Déborah Dixon, han comenzado a entrelazarse para felicidad de los amantes del género, como un ritual de engranajes placenteros que se van sumando con más frecuencia.
No cabe duda de que ella es una de las intérpretes que vibran en el escena del jazz y el blues a nivel nacional y quizá a partir de sus participaciones en el festival Wine Rock en que su relación con nuestros territorios se ha ido profundizando.
Déborah, como la auténtica showwoman de alto perfil que es, ya está preparada para participar en la primera edición del Festival Funk & Wine (mañana, en el Salón de los Olivos del Arena Maipú) y se viene acompañada por la banda La Fundación del Funk, un colectivo que explora reversiones de clásicos de distintos varietales del jazz, el blues y el funk, tanto en un agite más fusión o con el timbre de los originales (“Holding Back the Years”, de Simply Red ; “Let’s Stay Together”, de Al Green; “Thank you”, de la Sly and The Family Stone).
“Cada vez que voy a Mendoza me siento muy feliz. Nos encontramos todos amigos músicos: son cosas que me encantan. No me puedo quejar”, admitió Déborah, unas horas antes de desembarcar en nuestro suelo.
– ¿Cómo va a hacer el recital de mañana? ¿Cómo hacen para seleccionar el repertorio de sus shows?
– El show nuestro es un consenso. Vamos entre todos proponiendo temas y vamos eligiendo entre todos. Intentamos hacer unas copias que esquiven el original pero que suenan poderosas en vivo. Tengo tres cantantes que hacen coros. Son increíbles. Y ellas también, en un momento del recital, tienen su momento solista. Todo entre todos. Eso me encanta. Nos hace presentarnos más livianitos, con una responsabilidad compartida pero la pasamos muy bien. Con esta banda en particular nos encanta trabajar el repertorio de esta forma. Es un rélax. Disfrutamos mucho cada presentación.
Déborah, nacida en Costa Rica pero criada en la Argentina, no sólo integró Las Blacanblus, sino que formó parte del grupo que acompaña al Indio Solari.
– Luego de emerger con una banda de chicas como fue Las Blacanblus, ¿cómo ha sido tu relación, en el mundo de las bandas de hombres?
– En Las Blancanblus nos destacamos las chicas, pero era una banda que también tenía varones entre sus integrantes. Tuvimos siempre una excelente convivencia con ellos. De hecho, llevamos a tocar y grabar con los chicos de la Mississippi y la de Pappo. Pero no nacimos especialmente como banda de mujeres. Igualmente, como cualquier ámbito de nuestra sociedad, el rock no se escapa del machismo.
– ¿Qué pensás de esta avanzada de bandas de chicas en el rock que han estado apareciendo?
– Creo que es una movida auténtica. Son brotes naturales. A mí me parece fantástico que haya cada vez más bandas de mujeres, chicas que se animen a hacer sus bandas y hacer lo que tengan ganas de hacer con sus músicas. Me parece bárbaro salir a la calle a luchar contra ese prejuicio. Y ahora, que está tan en el tapete estos surgimientos femeninos, sin duda vamos por el buen camino.
– ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
– Acabo de lanzar un álbum con la Antigua Jazz Band (el "Entre el blues y el jazz" suma excelentes reseñas); también tenemos un nuevo proyecto con el pianista Ángel Sucheras, todo jazz.
La Fundación del Funk está formada por Nacho Porqueres (bajo), Silvio Marzolini (teclados), Juan Pancino, Maxi Larreta (batería), Eugenia Tofanelli, Camila Bouvier y Soledad Cabrera (coros).
Por otro lado, la banda anfitriona, Las Hijas de Janis, está integrada por Adriana Rodríguez (voz), Clonti Benegas (bajo, coros), Julieta López (guitarra), Gisela Levín (batería) y Paula Sánchez (teclados).
La ficha
Festival Funk & Wine con Deborah Dixon & La Fundación del Funk.
Día: sábado 12.
Hora: 21.30.
En: Salón de los Olivos, complejo Arena Maipú (Emilio Civit y Maza).
Banda Invitada: Las Hijas de Janis.
Entradas anticipadas: $ 400 (general).
En: Chino (Pueyrredón 207), SiempreDeportes (Serpa 392, Luján y Sarmiento 367, Maipú), Buenos Muchachos BARbería (San Martín 108, G. Cruz) y Kwik-E-Mart (9 de Julio 331, San Martín).