El juicio contra los dirigentes de ATE por amenazas parece ir encaminado al papelón. Mientras que el secretario gremial del sindicato, Roberto Macho, fue sobreseído apenas iniciado el debate oral y público, la única persona que escuchó a la secretaria general de los estatales, Raquel Blas, proferir amenazas contra los funcionarios de Celso Jaque ahora no recuerda que eso haya sucedido. Así pues, todo parece indicar que la acusación se caerá y Blas sería sobreseída también.
De todos modos, el jueves a las 9 declararán los únicos dos testigos de la defensa y seguramente habrá tiempo para los alegatos de las partes, con lo que el trámite del juicio llegará a su fin rápidamente.
La previa
La jornada arrancó con bombos y redoblantes en la explanada del palacio de tribunales. Desde las 8.30 empezaron a congregarse hombres de ATE y todas las personalidades del sindicalismo argentino y chileno que llegaron a Mendoza para apoyar a Blas y Macho y denunciar un plan para domesticar al díscolo sindicalismo opositor que reclama en defensa de los intereses de los trabajadores.
Así es que todas las lecturas acerca del juicio contra Blas y Macho referían a esa hipótesis de trasfondo político. El secretario general de la CTA nacional, Pablo Micheli, recordó la sanción de la Ley Antiterrorista como una herramienta para criminalizar las protestas sociales.
La acusada Raquel Blas diciendo que era curioso que la elevación a juicio fue hecha en setiembre del año pasado y recién ahora se hace el proceso oral, justo cuando empiezan las paritarias estatales.
Un fuerte operativo policial restringía el ingreso a la sala de la Séptima Cámara del Crimen, donde se desarrollaría el juicio oral y público. Periodistas sin cámaras y un puñado de dirigentes gremiales fueron requisados antes de ingresar y el proceso se inició cerca de las 9.30.
Sobreseimiento
Apenas se acomodaron los protagonistas en sus lugares, la fiscal de cámara, Susana García, pidió el sobreseimiento de Roberto Macho, sobre quien pesaba la acusación de amenazas simples, con una pena máxima de 2 años.
Como desde la imputación a la elevación a juicio pasaron más de dos años (desde marzo de 2010 a abril de 2012), se considera que ha prescripto la acción penal, así es que Macho, en apenas 15 minutos de juicio, ya contó con la resolución de la Cámara y quedó libre.
Distinto es el caso de Blas, quien enfrenta cargos por amenaza coactiva, con cuatro años de pena máxima. No hay prescripción, así que el proceso continuaba para ella. Ella fue la primera en declarar.
Reconstrucción
Blas recordó los hechos, empezando por las protestas previas al 17 de diciembre, que habían llegado hasta el corte de la ruta internacional 7.
Remarcó dos hechos: por un lado, que debido al piquete en el paso internacional es que el entonces ministro de Seguridad, Carlos Ciurca, ofreció el encuentro del 17 de diciembre en Casa de Gobierno; por el otro, que el reclamo no era por nada nuevo que quisieran conseguir sino por incumplimientos de lo que el propio Gobierno de Celso Jaque había firmado en paritarias y que ya estaba ratificado por la Legislatura.
No es inocente que Blas remarcara que la reunión fuera pedida por Ciurca, que el lugar fuera puesto por el Ejecutivo, y que el salón Eva Perón del quinto piso de Casa de Gobierno se llenara de gente que los dirigentes de ATE no conocían, cuando el ingreso inicial había sido estricto, fueron los argumentos que esgrimió Blas para demostrar que el escenario de ese 17 de diciembre era una trampa para deslegitimar el reclamo.
Después llegó el turno de las declaraciones de los testigos de la Fiscalía. Empezó el entonces funcionario del Ministerio de Gobierno, Rubén Boris, quien relató más o menos lo que había declarado en la instrucción de la causa, aunque con algunas variaciones que no hacían al fondo del asunto.
Desmemoriados
Después llegó el turno del secretario de Salud, Pedro Masman, el testimonio clave de la acusación contra la combativa dirigente de ATE. En la instrucción de la causa, Masman fue el que sostuvo que Blas había dicho: "Si esto no lo arreglan, voy a salir a hablar con la gente afuera, que ya está rompiendo cosas, y no sé qué pueda pasar acá arriba". Pero esta vez Masman no sostuvo su anterior declaración.
Relató que recordaba lo que todos recuerdan: Blas rompiendo la minuta que le extendía el entonces ministro de Hacienda, Adrián Cerroni y arrojándosela en la cara. Relató que sufrió algunas heridas pero, "en honor a la verdad, no puedo decir con precisión quién fue". Pero de la frase que era el sustento de la acusación contra la sindicalista, nada. "No me acuerdo de eso", dijo, ante el evidente enojo de la fiscal.
Luego declaró el ex ministro Cerroni y su declaración no fue muy distinta a lo que ya había manifestado en la instrucción. Escuchó a Blas decirle: "No le falte el respeto a los trabajadores" y que luego se desató la batahola. Quiso salir del salón, resbaló y cayó, lo golpearon. Se incorporó y quiso salir, pero una mujer que no conocía se interpuso y lo tomó de la corbata y apretó peligrosamente hasta que alguien lo liberó del trance.
Así terminó la jornada con la sensación de que finalmente Blas quedaría liberada de culpa y cargo, aunque aún deberá esperar unos días.