El típico gesto que “había que cerrar la boca”, lo decía todo. Nicolás Fassino no aguantó más la bronca por los insultos de los plateístas y reaccionó de esta manera tras lanzar el centro que derivó en el segundo gol “chacarero”.
Fue la gota que rebalsó el vaso. Mientras sus compañeros celebraban, los bravucones la siguieron con el volante, en medio de una lluvia de insultos. Algunos exigieron a Mazzola, que sacara al ‘5’, pero la respuesta enardeció aún más a los bárbaros: “No lo voy a sacar”.
Fue una tarde de furia, donde el polémico triunfo 3-2 del León ante Newbery, con un penal sobre la hora que no pareció tal, disimuló la mala producción local. Fassino fue el blanco por su bajo rendimiento, pero el descontento fue generalizado y el hincha se fue preocupado.
La furia mostrada hace pensar que ni la expulsión de Jonathan Leyes y ni el gol de Chiocarello fueron notados por los plateístas. Silbidos y más insultos cada vez que Fassino se hacía de la pelota. Ni hablar cuando el empate de Martín volvió a silenciar el estadio. El gol del triunfo permitió olvidar por un momento la furia contenida. Era un desahogo frente a una mala producción del León.
Pese a ello, el pitazo final volvió a centrar las luces sobre el villano de turno: el ‘5’ albirrojo. La despedida, en medio de insultos y amenazas, le puso el broche final a un verdadero papelón que ni siquiera la sufrida victoria pudo tapar.