Por segunda vez en menos de 15 días, una jauría mató a animales del Zoológico provincial. El primero de julio, cerca de una docena de perros salvajes atacó el corral de los ñandúes y aniquiló a 27 de estas aves.
Además, una vicuña falleció a causa del estrés. Un chimpancé murió de un ataque cardíaco. Y en la madrugada del domingo, cuatro canes liquidaron a cuatro guanacos y dos llamas.
El Ministerio de Tierras, Ambiente y Recursos Naturales organizó una reunión con diversos especialistas esta semana para evaluar posibles medidas a tomar.
Los ataques han desconcertado a las autoridades del Zoo ya que en el primer caso los perros sólo mataron, mientras en el segundo se alimentaron de sus presas, y además las víctimas estaban en sectores diferentes del paseo.
Asimismo, no alcanzan a determinar por dónde pueden haber ingresado. Sin embargo, han reforzado las rondas nocturnas de manera de que los empleados no vayan solos, se desplacen en vehículos (por su seguridad) y acorten el tiempo del recorrido para intentar pasar por un mismo lugar cada hora, en lugar de cada dos.
Pero sobre todo, desde el Ministerio se convocó a una reunión a veterinarios, médicos, docentes y encargados de Zoonosis de las comunas del pedemonte (Capital, Godoy Cruz, Las Heras y Luján), de manera que cada uno aporte su opinión sobre una posible respuesta al problema.
La fecha tentativa es mañana. Gustavo Pronotto, director del Zoológico, explicó que, como damnificado, necesita una solución urgente al problema y que la intención del encuentro es que cada área involucrada detalle qué medidas puede adoptar.
Jennifer Ibarra, veterinaria y titular de Fundación Cullunche, consideró que habría que capturar a esos perros, para lo que se pueden colocar trampas con comida en el Zoo o el entorno.
Luego, continuó, se los podría entregar a una entidad protectora, para que los tengan en un refugio o los den en adopción. Pero también agregó que estas organizaciones deberían recibir financiamiento del Estado.
Señaló que una posible solución para el problema concreto del Zoológico sería colocar un boyero con bajo voltaje en todo el perímetro, que se apagara durante el día.
Sin embargo, planteó que esto resulta complicado por el proceso burocrático que demanda cualquier inversión en el paseo. De ahí que aprovechó para recordar el proyecto de reconversión del Zoo en un Ecoparque que presentaron en Legislatura diversas organizaciones y propone -entre otras modificaciones que apuntan al bienestar animal- que el sitio sea un ente autárquico, con capacidad de decisión propia.
Augusto Serafín, jefe del Departamento de Zoonosis de Godoy Cruz, coincidió en que las trampas para capturar a los canes serían la mejor opción.
Pero indicó que sería necesario determinar si son completamente vagabundos o se han aquerenciado con una familia que cada tanto los alimenta (lo que señaló es más probable).
Esto, ya que en su experiencia en el pedemonte, es muy difícil que un perro vuelva a ser salvaje, sino que siempre buscan la compañía del hombre. Planteó que habría que ver si consiguen comida en algún basural cercano y, de ser así, erradicarlo.
Los especialistas subrayaron que la normativa vigente prohíbe sacrificar a perros vagabundos pero que es necesario encontrar una solución, que probablemente no será sencilla.
Indicaron que si bien hasta ahora la jauría ha matado a animales, puede llegar a atacar a una persona si se sienten amenazados o la visualizan como presa cuando van en grupo.
La vicepresidenta del Colegio de Médicos Veterinarios de Mendoza, Ana Montilla, manifestó que tal vez sea el momento de adoptar medidas sobre la problemática de los perros callejeros.
Esto, porque en los centros urbanos se siguen reproduciendo, ya que las personas no tienen una conducta responsable y los programas de esterilización de los municipios no resultan efectivos.
Antecedentes
Tanto Ana Montilla, vicepresidenta del Colegio de Médicos Veterinarios de Mendoza, como Augusto Serafín, jefe del Departamento de Zoonosis de Godoy Cruz, recordaron que hace unos 20 años una niña fue atacada por perros salvajes en Barrancas (Maipú).
El veterinario comentó que se trataba de animales que tenía una persona sin hogar y que vivían en un basural. La nena se acercó y cuando se asustó y corrió, la persiguieron y mataron.
En 2008, un hombre se salvó de que una jauría lo atacara en el río Mendoza, cerca del puente de Barrancas. Los perros mataron al rottweiler que llevaba y él mismo se salvó, ya que empezaron a seguirlo, porque alcanzó a subirse a un árbol y desde ahí llamó por su celular para que lo rescataran.
También entre junio y julio, pero de 2009, la Cabaña Caprina Los Cerros (de Perdriel, Luján), fue objeto de dos ataques consecutivos por parte de lo que inspectores de Ganadería establecieron eran perros cimarrones.
En la primera ocasión, los canes mataron 30 gansos. Y una semana después, liquidaron una llama, 2 choiques, 2 pavos y 17 cabras. Como ocurrió en el Zoológico, la jauría no comió a sus presas.
Oso Arturo, emblema de libertad de los animales
"¿Es el animal más triste del mundo?" Así titularon el ABC de España y el Dailymail en su versión digital un nota sobre al vida del oso Arturo que vive en el zoológico provincial.
Afirman que el registro fotográfico deja en evidencia la lucha diaria del oso polar contra las altas temperaturas y un solitario recinto que no se adapta a sus necesidades.
"Tiene un comportamiento anormal, inclina la cabeza, muestra los dientes y se balancea de lado a lado", explican los matutinos europeos.
Comentan que desde que murió Pelusa, su compañera, no ha tenido contacto con animales de su especie y esto le puede traer problemas de salud mental.
Acusan abiertamente al gobierno provincial de bloquear la única posibilidad de trasladar al oso a un centro de conservación en Canadá auspiciada por Greenpeace.
El director del zoo de Mendoza, Gustavo Pronotto, dijo posteriormente que Arturo "está bien" pero reiteró que es imposible trasladarlo a una reserva en Canadá, como reclaman los ambientalistas.
"No es posible siquiera anestesiar al animal para que realice un viaje, ya que esto provocaría su muerte debido a su avanzada edad."