¿Puede un software escribir una crónica sobre el cierre diario de una bolsa de valores? La pregunta ofende e intimida a más de 500 editores y periodistas de todo el planeta, reunidos en Barcelona desde ayer en el Summit 2014 de la Global Editors Network, la red más importante de periodistas de plataformas tradicionales y digitales.
El periodismo robótico fue el primer eje de debates del día -antes de la temática de chequeo instantáneo de hechos y datos- y despertó más desconcierto que aprobación.
Tal vez una desconfianza basada en preconceptos y temores corporativos, que en una mirada racional sobre un dato indiscutible: todo el tiempo usamos y dependemos de software para cuestiones indiscutiblemente más importantes que la sintaxis de una nota escrita sobre datos estadísticos y estandarizados, como el resultado de un partido de futbol o el comportamiento de una acción en un mercado de valores.
De eso se trata por ahora: sistemas de redacción robóticos que sólo se usan para procesar textos muy estandarizados. Si confiamos en un software para volar a 10.000 m, ¿cuánto temor puede producir a los periodistas confiar en un algoritmo que redactará 40 líneas sobre la cantidad de asistencias de Manu Ginobili en la final de la NBA?
El Summit del GEN, organizacion que preside el Editor General de Clarín, Ricardo Kirschbaum, es un encuentro para discutir nuevas prácticas editoriales, cambios en redacciones y nuevos formatos editoriales para nuevas plataformas.
Larry Birnbaum, del Intelligent Information Laboratory de la Universidad de Northwestern, EEUU, mostró la lógica de construcción de textos automatizados de su prototipo llamado Stats Monkey, capaz de procesar información de bases de datos y transformarla en crónicas deportivas.
El israelí Yotam Cohen, fundador de la empresa Wibbitz, dejó a la audiencia muda con una demostracion de su software que permite producir videos para la web a partir de textos, fotos y audios, que son editados automáticamente para generar informes de 15 a 40 segundos que compiten casi de igual a igual con videos de agencias tradicionales de noticias.
David Sancha, del Estudio Casses, fue el más optimista y convincente: sí puede haber periodismo robótico, sí puede haber software que realice edición de notas, sí puede y habrá software que reemplace a diseñadores gráficos y, definitivamente, seguirá creciendo la parte del total de ventas de publicidad realizada por software y sistemas automatizados.
Además del debate sobre textos y videos automáticamente producidos, se discutió sobre sistemas de chequeo instantáneo de datos y hechos que permiten en tiempo real comprobar la veracidad de, por ejemplo, anuncios de políticos y gobernantes.
Softwares como Truth Teller, usados por The Washington Post, permiten a los lectores de web enterarse si lo que dice Obama sobre la reforma del sistema de salud condice con la cantidad de inscriptos en esa ley.
No es para nada un paso menor para los medios online poder ofrecer en tiempo real a sus lectores una herramienta que permite aplicar el demoledor ícono de "Falso" a un discurso de un gobernador o jefe de Estado que anuncia que durante su gestión fueron inaugurados tantos kilómetros de rutas.
Cientos de grandes marcas de empresas de medios, debaten qué, cómo, cuándo y a qué costos cambiará (¿en cuestión de meses?), el funcionamiento de sus redacciones.