Primero comenzó con la inconsistencia de un rumor, pero ya a mediados de 2013 comenzaba a sospecharse que el dato se había largado premeditadamente para observar qué eco alcanzaba. En mayo de este año, aquella versión empezó a cobrar consistencia como un hecho posible, a raíz de la investigación de una influyente revista española. En junio, apenas días antes del inicio de la Copa del Mundo, los enviados especiales de la prensa internacional manejaban la información acerca de un escenario inaudito, pero tangible. Tras el Mundial de Brasil, entre agosto y septiembre, la especie ganó centimetraje con la fuerza de un alto impacto. En lo que va de octubre, ya es una noticia instalada: Barça puede dejar la liga española para irse a jugar a la liga francesa.
Para que Lionel Messi tenga que enfrentarse contra el Paris Saint Germain de Javier Pastore o el Olympique Marsella de Marcelo Bielsa en "Le Championnat" deben suceder hechos que exceden lo meramente deportivo y que tendrán definición en cuatro semanas, aproximadamente. El próximo 9 de noviembre está previsto el referéndum de secesión por el cual Cataluña puede independizarse de España y así ser considerada un nuevo Estado de Europa. Una victoria de los independentistas traerá aparejada la posibilidad concreta de avanzar en tal dirección, más allá de que las encuestas marcan hoy día que tal posibilidad de cambio aún no está asegurada.
¿Qué ocurriría en tal caso desde el punto vista reglamentario con el FC Barcelona en la liga española? Sencillamente, no podría seguir participando del campeonato por pertenecer a un Estado independiente.
El propio presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, fue claro y taxativo durante la semana pasada al respecto: si Cataluña se separa, será muy complicado que cualquiera de sus equipos – entre ellos el blaugrana – pudiera disputar la Liga. La única forma posible de que se mantuviesen incorporados, sería a través de una modificación de la Ley del Deporte española. Además, de Barça, estarían en la misma situación: Espanyol, Sabadell, Nástic, Girona y Llagostera. Un caso similar es el de Andorra, afiliada a la Real Federación de Fútbol Español, gracias a que la Ley del Deporte así lo establece en ese caso específico.
El destape producido a través de la nota publicada en la revista Interviú, apenas dos semanas antes del debut de "La Roja" contra Holanda, en Brasil 2014, fue el revulsivo que terminó de consolidar una tendencia de opinión que – hasta el momento – parecía sólo de runrunes de pasillo. En la investigación, se señaló que los servicios de inteligencia franceses habían descubierto que emisarios del club en el que también juegan Javier Mascherano, Neymar y Luis Suárez habían sondeado a las autoridades de la Ligue 1 para una eventual inscripción a las competencias oficiales en suelo galo.
El prestigioso diario deportivo Sport, de Cataluña, ha recogido la mirada de varios de sus periodistas acerca del tema en cuestión. En todos los casos, más allá de que no haya una definición en tono editorial, se sostiene una línea argumental: en caso de independencia, los clubes catalanes podrán elegir el escenario que se les ocurra y una buena opción sería el de la liga francesa, dada la cercanía geográfica y el avance de la competitividad del torneo a partir de la explosión del PSG en la Champions League (recientemente, venció 3-2 al Barça) y del repunte del Olympique de Marsella.
¿Es beneficioso para Barcelona irse a jugar a Francia y para los franceses recibir al Barça? Para los posibles anfitriones, queda marcado un criterio dual: su campeonato daría un entendible salto de calidad, que hoy no tiene; por otro lado, un gigante del fútbol mundial como el equipo blaugrana representaría un escollo casi insuperable para la mayoría de los clubes galos. No hay punto de comparación alguna con el FC Mónaco, por ejemplo, porque los del Principado están insertos en la vida política, cultural y deportiva de Francia sin distinción de fronteras.
Dos opciones menos consistentes son las de que Barcelona pueda integrarse a la Premier League o al Calcio. Desde lo deportivo, ver que el fixture programa un Barça vs Manchester United/Chelsea, Manchester City/Liverpool o Arsenal, al menos dos veces por temporada, representaría un atractivo, pero de ahí a que los ingleses le abran el terreno a los catalanes hay un trecho mayor al dinero que los petrodólares de los jeques árabes invertidos en el fútbol británico. En Italia, más aún con la consolidación de la Juventus y la baja de calidad de los dos emblemáticos Internazionale y Milan, permitir que ingrese una potencia futbolística extranjera suena a un renuncio de la recuperación itálica.
"Necesitamos al Barça en la Liga". La frase, sin rodeos, salió a mediados de la semana anterior desde la boca de un francés que juega en España y encima en el archirival blaugrana. Fue Karim Benzema, consultado al respecto en la concentración de la selección gala en Clairefontaine. El delantero, por si alguna duda cabe, se refería a la liga española y no a la francesa. "Son los dos grandes equipos, el Madrid y el Barcelona. Si se van a Ligue 1, ya es otro problema pero esperemos que el Barça se quede", señaló. Queda claro, también, que ya el caso no tiene el status de una fantasía trasnochada sino de un hecho claramente instalado en la opinión pública ligada al ambiente futbolístico.
Barcelona se ha transformado en los últimos años en un fenómeno masivo de fidelización sin fronteras. Los logros deportivos desde la era Pep Guardiola en adelante, más la aparición/consolidación de "La Pulga" lograron que la globalización penetrara en todo el mundo y que las camisetas con el número 10 más el apellido Messi se hayan transformado en una de las indumentarias preferidas en cualquier parte del planeta. A partir del vínculo generado por su club insignia, el equipamiento de la "Senyera" (casaca a franjas verticales roja y amarilla) tiene de a imponerse gradualmente y ya es una de las más vendidas en proyección. Otro motivo para que los independentistas consideren que la influencia del Barça sobre los votantes pueda alcanzar entre un 30 y 40 por ciento de adhesiones según los cálculos que le han manifestado a la prensa.
El próximo 25 de octubre, en el Santiago Bernabeu, la reedición del superclásico Real Madrid vs Barcelona pondrá en juego más que tres puntos en disputa. Será el último gran choque entre las dos principales potencias del fútbol español antes del plebiscito independentista. Un Messi vs Cristiano Ronaldo más los aportes de Neymar y Luis Suárez (vence su sanción) contra James Rodríguez y Gareth Bale no es un duelo que se vea todos los días. Resta saber si en adelante lo seguirán jugando en la liga española…o en la Champions League.
Por Fabián Galdi - fgaldi@losandes.com.ar