Los últimos tres casos de violencia de género despertaron una movilización social, política y judicial -se creó una oficina que investigue estos casos- para tratar de paliar este delito cuyo crecimiento preocupa. En Mendoza, los femicidios no cesan. En lo que va del año, han asesinado a una mujer cada 25 días. De las 11 víctimas, ocho eran madres.
Los asesinatos consecutivos de Janet Zapata (29), Julieta González (21) y Ayelén Arroyo (19) hicieron salir a más de siete mil personas a reclamar "Ni una menos" por las calles del microcentro.
Los casos de Zapata y Arroyo tienen sospechosos detenidos y están prácticamente cerrados. La causa de González es más complicada y si bien hay varias líneas investigativas, todas apuntan a que fue víctima de violencia de género.
Las tres mujeres tenían algo coincidente: eran madres de niños pequeños, que quedaron huérfanos. Lo mismo ocurre con los hijos de otras 5 víctimas.
"Estos niños son los que sufren los daños colaterales de las acciones de los violentos", dijo una fuente consultada.
Es que con su madre muerta y su padre generalmente preso, quedan bajo el amparo primero de la Justicia, que decide a qué familiar entregarle la criatura. ¿Cómo se le explica a una niña de 5 años que su mamá fue asesinada por sicarios contratados por su padre y que ya no volverá a ver a ninguno de los dos?, es la pregunta que ronda en la cabeza de los que han seguido los femicidios, en este caso el de Janet.
Pero teniendo en cuenta que aún faltan tres meses para terminar el año, las cifras son alarmantes: once mujeres de entre 8 y 65 años han sido asesinadas por el simple hecho de su condición femenina.
Siete de ellas fueron víctimas en su casa y el mismo número se repite en los elementos usados para dar muerte. "Son aquellos que el asesino tiene más cerca, como un cuchillo, algún objeto pesado o sus manos usadas para golpear o asfixiar", dijeron. De las cuatro restantes, tres fueron asesinadas con armas de fuego y una quemada, aunque por el estado en que se halló su cuerpo nunca se sabrá si el fuego fue la causa de muerte o si la mataron y luego incineraron.
Delitos más comunes
En un relevamiento hecho por este diario se pudo determinar cuáles son los delitos relacionados con violencia de género denunciados con más frecuencia: en primer lugar figuran las amenazas (simples, es decir por ejemplo un amedrentamiento, o agravadas, cuando hay un arma de por medio).
En el mismo puesto se ubica la desobediencia -tal como se le endilga al padre de Ayelén Arroyo- porque se acercan a las víctimas pese a tenerlo prohibido.
En segundo lugar -pero con cifras igualmente alarmantes- se registran las lesiones leves y las coacciones, un tipo de amenaza pero con la finalidad de obligar a la víctima a hacer algo que no quiere. Las lesiones graves y los femicidios cierran el "ranking" de delitos.
En una entrevista realizada por Los Andes a Stella Spezia meses atrás, quien está a cargo de la Dirección de Mujer "Doctora Carmen Argibay" de la Suprema Corte de Justicia local, hizo hincapié en la violencia física, en la psicológica y en la económica, estas dos últimas muchas veces menos detectables por la víctima.
"Las amenazas van acompañadas de ahorcamientos, del uso de armas blancas y de fuego. No son sólo "te voy a matar". También hay embarazadas a las que golpean en la pancita o con el bebé en los brazos", contó en referencia a las agresiones físicas.
La violencia económica se manifiesta porque lo primero que hace el agresor es retacear recursos, sobre todo cuando las víctimas tienen niños y no tienen trabajo ni medios para sostenerse por sí mismas.
La psicológica es la llamada violencia silenciosa. Es muy difícil de reconocer y muchas veces empieza con la crítica de la ropa que usa la mujer, de su maquillaje o si tiene amigos varones o no.
Luego, el agresor tiende a cerrar el círculo de sus allegados hasta que la deja acorralada, pero en muchos casos sin saber que es víctima. Y así suele ocurrir que las mujeres se pregunten "qué estoy haciendo mal, como si ellas fueran las culpables", aseguran los expertos.
En el país se comete un femicidio cada 30 horas
A nivel nacional, las estadísticas son mucho más alarmantes: una mujer argentina es asesinada cada 30 horas.
En este punto es importante aclarar que no todo homicidio de mujeres es un femicidio.
Esta figura penal se aplica cuando una mujer es asesinada por su pareja o ex pareja (según estipula el artículo 80 del Código Penal).
Aunque también la violencia de género puede venir de parte de un jefe, un compañero de trabajo o de escuela o simplemente de un vecino.
Es decir, sólo requiere de una situación de superioridad del hombre por sobre la mujer, ya sea física o de autoridad.
En Google Play, una consultora en seguridad presentó una aplicación que se llama "Botón de pánico, NiUnaMenos#" que consiste básicamente en, ante una situación de peligro, apretar varias veces el botón de bloqueo de celular y automáticamente se enviará una alerta a los contactos asignados (pueden ser varios) para recibir mensajes ante una situación amenazante.
Mediante el GPS la aplicación ubica la localización exacta donde se encuentra la persona que necesita asistencia y el mensaje se envía con ese dato y las coordenadas. Obviamente, que al ser una aplicación que necesita de ubicación geográfica es necesario que el teléfono tenga conexión a internet, ya sea wifi o paquete de datos.
La aplicación es gratuita y sólo hace falta tener un celular con sistema Android.
Por supuesto que este sistema no reemplaza la denuncia policial (al 911) ni la judicial o el uso de la línea gratuita 144, exclusiva para casos de violencia de género.
Esta línea está a disposición los 365 días del año y a toda hora. Su alcance es nacional y no hace falta que sea la víctima quien denuncia ya que un conocido lo puede hacer, incluso anónimamente.
