Lo que empezó como festejo argentino terminó con alegría de Islandia, cuyos jugadores ingresaron a un sector de las tribunas del Spartak de Moscú finalizado el partido con la Selección nacional, festejando el empate en 1 como un triunfo, para abrazarse con sus simpatizantes que no dejaban de vivarlos.
Desde la mañana, los lobbies de los hoteles, las calles y las estaciones de metro de Moscú se vistieron de celeste y blanco con los hinchas argentinos que se dirigían hacia el Spartak, donde la Selección albiceleste debutó en Rusia 2018, con un magro empate y un juego decepcionante.
Cerca de un 70 por ciento del estadio estuvo colmado por argentinos, entre ellos algunos conocidos públicamente como Susana Giménez, Marley, Lizzy Tagliani,el jefe de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Gustavo Arribas, el secretario de Seguridad de la Municipalidad de Lanús, Diego Kravetz, el ex futbolista Martín Demichelis con su esposa Evangelina Anderson y la diseñadora María Cher, entre otros.
Los islandeses se hicieron presentes en buen número, ocupando distintos sectores del bello estadio del Spartk de Moscú, construido a nuevo en 2014, con capacidad para 44.000 personas y situado en el tercer anillo de la ciudad. El sector más poblado por los islandeses y el que más alentó con un canto que combinaba un grito con palmas golpeadas en lo alto sobre la cabeza de forma rítmica, se situó en un codo del estadio, a la izquierda del ataque argentino durante el primer tiempo.
Si bien al principio la parcialidad argentina hegemonizó el clima con cánticos del tipo “que de la mano de Leo Messi...”, “Vení, vení, cantá conmigo...” o “El que no salta es un inglés” (clásicos de las citas mundialistas), a partir del empate y sobre el final del partido, cuando el resultado parecía sellado, se impusieron los cantos islandeses, que festejaron el empate como una hazaña, tanto los simpatizantes, como los jugadores que se acercaron hasta ese codo más colorido para abrazarse con los hinchas. La entrada al estadio, horas antes del desenlace, fue rápida y ordenada.
Para el ingreso a cualquier estadio mundialista en día de partido se requiere, además de la entrada, un documento confeccionado por la FIFA, donde figura una fotografía del asistente y una fotocopia de su pasaporte, que se llama FAN ID. Esta identificación, que todos los espectadores llevan colgando, posee un código de barras y debe ser escaneada al ingresar al estadio, momento en que en unas pantallas vigiladas por personal de seguridad se proyecta una fotografía del espectador registrado debiendo coincidir esta con el portador de la entrada.
En un procedimiento similar al de los aeropuertos, luego hay que pasar por un detector de metales y los que llevan bolsos o carteras deben abrirlos y enseñar su contenido al personal de seguridad.