Semana con mucho movimiento en la interna oficialista, fundamentalmente.
La foto del encuentro en Las Heras con la presencia de Julio Cobos, Omar De Marchi, Laura Montero y Daniel Orozco (el anfitrión) junto a representantes de los demás partidos integrantes de la coalición oficialista local, como los demócratas y la Coalición Cívica, blanqueó un distanciamiento que se venía advirtiendo y que parece ir marcando dos claros sectores de cara al proceso electoral cercano: el cornejismo gobernante y el resto, sin que ello permita pensar que todos los radicales que no coinciden con el Gobernador estén alejados de él. Molestos con el estilo de mando de Cornejo tal vez haya, y no pocos, pero la estrategia electoral para un proceso que a priori se presenta complicado mucho dependerá de lo que impulse, aquí y también a nivel nacional, la pasión de Cornejo por la política.
Por otra parte, lo que siempre valora el titular del Ejecutivo es lo que marcan las encuestas. Los números que maneja le dicen que habría una tercera parte de los mendocinos dispuestos a respaldar con el voto a quien sea su candidato a sucederlo mientras un porcentaje similar se inclinaría por la oposición. De la parte restante saldría el desequilibrio y es en ese espacio importante de mendocinos donde el Gobierno espera poner la mirada en adelante. Cornejo cree que están dadas las condiciones para que ese segmento le asegure un nuevo triunfo.
En la foto de Las Heras hay dos personajes clave: De Marchi y Cobos. Ambos están dispuestos a competirle al sector que lidera Cornejo. Para De Marchi, especialmente, las PASO aparecen como un destino seguro de no mediar una hasta ahora muy difícil negociación que evite la confrontación en las urnas. El intendente de Luján, líder del Pro en la provincia, tiene diálogo fluido con los sectores del oficialismo representados en la foto de Las Heras.
En en el entorno del lujanino aseguran que irá a las PASO provinciales “sí o sí”. Cree tener derecho para ello a pesar del argumento que esgrimen algunos cornejistas con respecto a supuestos pactos con el macrismo para que sean los referentes de cada provincia, dentro de Cambiemos, los que resuelvan candidaturas y estrategias electorales.
Lo de Cobos aparece por el momento más cauto, aunque no hay dudas de que la sintonía de antes con Cornejo mermó. El ex gobernador recorrería el camino hacia las primarias hasta un determinado punto y luego evaluaría si realmente hay espacio para tres en una competencia del oficialismo que deban resolver los votantes. Si su camino se interrumpe antes de las PASO posiblemente sea cuando el panorama esté más claro. Y si eso llega a ocurrir aparecerán otros interrogantes, como, por ejemplo, qué destino tendrían los votos favorables a Cobos y qué lugar aparecería para la dirigencia cobista.
De Marchi, en tanto, quiere garantizar un espacio electoral abarcativo y participativo que garantice la representatividad del espacio Cambiemos en la provincia, como, por ejemplo, reservar el segundo lugar de la fórmula que pretende encabezar para alguien del radicalismo no cornejista u otro partido de la coalición. Es una posibilidad.
Olfateando esa pista, el intendente Rodolfo Suárez, uno en los incluidos por Cornejo en su plan de sucesión, apuntaló la intriga al opinar sobre la “cumbre” lasherina a la que no fue invitado como titular de la UCR local. “¿Quién apoyará a quién? ¿Cobos a De Marchi o De Marchi a Cobos?”, se preguntó ante la posibilidad de desembocar en una interna con alguno de los dos contendientes que por ahora tendría internamente el cornejismo.
Clarísimo lo suyo.
En cuanto al justicialismo, sigue en ebullición por la incursión de Rodolfo Gabrielli en la escena con firmes aspiraciones de anotarse en la carrera electoral. Junto con Anabel Fernández Sagasti y José Luis Ramón son por ahora los aspirantes más definidos desde la oposición provincial. Fernández Sagasti ya está lanzada por su espacio cristinista desde hace tiempo, mientras que Ramón es de hecho la figura convocante de su partido Protectora. Este espacio ya no tiene la estructura que le permitió ser sorpresa en las elecciones legislativas: el Partido Intransigente no está más alineado con la dupla Ramón-Vadillo, lo mismo que el sector del pastor Bonarrico. Hay quienes aseguran que con una estructura ahora mucho más chica sólo sostiene a Ramón su imagen aún buena entre los mendocinos, lo que le permite mantener una puerta entreabierta en el peronismo, con posibilidades de integrar un frente.
El detalle no es menor; hay quienes dicen en el PJ que salvo Gabrielli y Fernández Sagasti “nadie juega en serio” cuando de lo que se trata es de pensar en posibles candidaturas.
Los intendentes, y los legisladores y dirigentes en general en ellos referenciados, están más cómodos con el sector al que representan el senador nacional Pichetto y los gobernadores que con Cristina Kirchner y sus seguidores. Por eso muy probablemente surja del sector de los “caciques” mendocinos la principal candidatura para las próximas elecciones, con fórmula de acuerdo y unidad con Fernández Sagasti o no.