Matías Rossi se erigió ayer en el flamante campeón de Turismo Carretera tras adjudicarse la Copa de Oro al llegar segundo en la última competencia final que se llevó a cabo sobre el autódromo porteño Oscar y Juan Gálvez bajo una intensa lluvia a lo largo de la cita.
A bordo de la Chevy que alista el Donto Racing, el Granadero de Del Viso escoltó a Martín Ponte (Dodge), que triunfó de punta a punta por primera vez en la divisional, mientras que Juan Manuel Silva (Falcon) completó el podio en el marco de una final que tuvo tres ingresos del auto de seguridad.
De esta manera, a los 30 años, Rossi alcanzó un título postergado y merecido cuando ya había ganado coronas en TC 2000 (2006, 2007 y 2011) y Super TC 2000 (2013). Encima, el próximo fin de semana, podría alcanzar su segundo título en 2014 ya que llegará como líder en la Clase 3 de Turismo Nacional.
Casi lo definió en la batería
El nuevo monarca tenía prácticamente asegurado el objetivo al culminar la segunda serie, cuando el motor del Chivo de Christian Ledesma, su único rival en la pelea por el “1”, largó humo al fundirse una biela. Con el éxito en el parcial, Rossi dio un paso más que importante para obtener el objetivo.
Lo del marplatense fue para el aplauso en la final ya que, sin bajar los brazos y sabiendo que el título ya estaba casi en poder de Rossi, largó desde el fondo de la grilla y avanzó hasta la sexta posición en una pista complicada por la lluvia.
Rossi, que se destaca al ser el último campeón de TC con motores varilleros ya que el año próximo se utilizarán impulsores multiválvulas, llegó al reinado después de haber debutado en 2003. Fiel al moño dorado, Matías exhibió satisfacción por el desenlance pero también por el caballeroso gesto que mostró Ledesma tras la finalización de la carrera en el Coliseo.
El campeón de 2007 se acercó a Rossi, que había detenido su auto frente a la 15 (la tribuna de los hinchas del Chivo) y levantó la mano del nuevo monarca en una evidente muestra de afecto, desprovisto de egoísmo. También hubo abrazos y festejo de Rossi colgado en la tela.
Matías Rossi (Chevy)Campeón de la Copa de Oro
El dueño del Play Off expresó que “el panorama se había aclarado con el problema de Ledesma en la serie, pero las carreras siempre hay que correrlas”.
Tras festejar en la tribuna de Chevrolet, Rossi afirmó que “el título está dedicado a los seguidores de la marca que alentaron de una manera increíble”.
A su vez, el monarca recordó que "cumplió un objetivo importante. Fue en la categoría que más me costó ser campeón".
Por último, dijo que "nadie nos regaló nada y ganamos justamente el título. Ahora debemos seguir así para retenerlo".