Ese imán que cada cuatro años es una Copa del Mundo promueve las más varias historias y locuras para estar presente en una de las máximas citas del deporte mundial. Tomislav, Mariana y Draco bien pueden sintetizar semejante adrenalina y desesperación para estar presente, para hacer cualquier cosa para ser testigo directo de un espectáculo único.
Ellos son un claro ejemplo que resume la pasión del hincha, pero además su aventura fue un hilo conductor que unió países de todo el mundo hasta llegar a esta Moscú alterada por estas horas con el inicio de la Copa del Mundo.
Estos mendocinos hinchas de Godoy Cruz salieron hace 32 meses de su ciudad natal, recorrieron Sudamérica, América Central y varios países de Europa hasta llegar a Rusia.
Lo hicieron en una Volkswagen Saveiro equipada de tal forma que hoy es su vivienda y con un compañero muy particular: Draco, un perro pitbull que cuando salieron de Mendoza tenía apenas 42 días y ahora ya es una mole de 30 kilos, que no se separa de sus dueños y parece querer alentar a Argentina.
Tomislav le debe su nombre a la pasión que su papá tenía por el arquero serbio Tomislav Ivkovic, famoso porque en el Mundial de Italia 1990 le atajó un penal a Diego Maradona en la definición desde los 12 pasos en la cual Argentina le ganó a Yugoslavia en cuartos de final. "Tomi" está ansioso por poder ver a Argentina y le tiene confianza al equipo de Jorge Sampaoli.
"Recorrimos Brasil, Paraguay, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador, Centroamérica y en México embarcamos la camioneta rumbo a Bélgica, donde después pasamos por Holanda, Alemania, Polonia, Lituania, Letonia y Estonia antes de llegar a Rusia", cuenta Mariana. En su vehículo, ploteado para la ocasión, tiene montada la cucha para Draco.
Sin dudas ellos tres sintetizan en gran manera esta fiebre mundialista, que se mide en miles y miles de hinchas, pero que tiene en "Tomi", Mariana y su mascota Draco a unos fanáticos muy particulares.