Soy mendocino de pura cepa, de 36 años y practicante de nuestras tradiciones gauchas. Aprovecho la oportunidad para contar algo de la trastienda de los gauchos que participamos en el Carrusel y la Vía Blanca vendimiales. Nuestra presencia en el Carrusel se remonta a 1937, en donde los gauchos lucían, y lo seguimos haciendo, nuestras mejores pilchas y pingos. Los animales son cuidados con especial esmero para este hermoso evento; la sonrisa de los más pequeños ilumina la mirada de los más viejos, que araban la tierra, tiraban los carros de cosecha y cumplían con el resto de las tareas rurales, como cuidar nuestra hacienda.
Tristemente hoy debo estrechar la mano derecha de Jorge Sosa, cuando en uno de sus monólogos expresaba la excesiva cantidad de caballos y gauchos en el desfile insignia de nuestra provincia. Don Jorge: en la última fiesta prácticamente no hubo.
A pesar del esfuerzo que hacemos año tras año es cada vez mayor. La libreta sanitaria cuesta aproximadamente $1.500, la comida de nuestros queridos caballos $2.500 por mes, sin contar el traslado hasta el Parque (muchos gauchos no tenemos remolque y dependiendo de la distancia que tenemos que recorrer a caballo, emprendemos el viaje el día viernes por la mañana o antes, pidiendo permiso en nuestros a trabajos. Amor Infinito a nuestras tradiciones y al Carrusel).
Cabe destacar que la Federación Gaucha de Mendoza tiene un reglamento de desfile bastante estricto. Entre sus párrafos dice que los caballos deben estar en excelente estado de salud, gordos e impecables. En cuanto a los gauchos se refiere, exige que los aperos estén en perfectas condiciones y nuestro atavío, vestimenta, debe tener calidad de gala. También está prohibido el consumo de bebidas alcohólicas antes, durante y después de los desfiles. Solo lleva su bota el presidente de la Federación Gaucha para brindar con las autoridades provinciales y nacionales cuando pide permiso al gobernador de la Provincia para dar inicio al carrusel.
Se nos asignó, desde hace décadas, una tarea maravillosa: ser custodias de nuestra Virgen de La Carrodilla, quien abre la marcha y a la que año a año le pedimos que bendiga nuestro suelo y e interceda por el agua y una buena cosecha. Además, velamos por la seguridad de las soberanas, no solo en los desfiles sino también en todos los actos donde se hacen presentes, incluyendo el acto central.
Nuestra idiosincrasia es noble y respetuosa, somos gente de paz. El facón, talero, boleadoras, lazo y espuelas las llevamos como símbolo de nuestras raíces y tradiciones que no se deben perder.
A veces dicen que el desfile se hace largo por la cantidad de gauchos que participamos. No es así, desde hace varios años la cantidad de agrupaciones y centros se regula como la cantidad de gauchos que participarán.
Por eso pido encarecidamente al señor Gobernador que no se vuelva a repetir una participación tan triste como la de este año. En estos tiempos donde enarbolamos un estandarte de igualdad, es muy triste dejar nuestras tradiciones y raíces de lado. Recuerden que “los pueblos que olvidan sus tradiciones, pierden la conciencia de su destino” (Nicolás Avellaneda).
Con la ayuda del gobierno y nuestro esmero, se podría organizar un hermoso desfile para el Día de la Tradición en el Parque General San Martín para que nuestra Patrona de los Viñedos reciba el cariño de su pueblo y las agrupaciones y centros tradicionalistas podamos dibujar esa sonrisa mágica en el rostro de nuestros viejos gauchos.
Jorge Enrique Falconi
DNI 29.327.320