Tres disparos en el pecho y uno en el brazo donde tenía un tatuaje del club de sus amores (Godoy Cruz Antonio Tomba) terminaron en la lluviosa tarde de ayer con la vida de Marcelo Luis Ricobelli. El hombre de 38 años llegó sin vida al hospital Diego Paroissien tras un intenso tiroteo en el barrio Las Parras de Luján de Cuyo.
Ricobelli solía hacer reparaciones mecánicas en autos de vecinos y conocidos del barrio La Gloria de Godoy Cruz, donde se crió, según comentaron fuentes ligadas a la pesquisa. Aunque en su expediente figura "albañil" como principal ocupación.
En el registro delictual de Ricobelli figuran causas por hechos "menores": encubrimiento, amenazas agravadas, lesiones y resistencia a la autoridad y hurto simple. Ayer, cerca de las 16, Ricobelli fue sorprendido por al menos dos sujetos que llegaron en un auto a la calle Pescarmona, entre Anchorena y Baldini, de Luján.
Decenas de vainas servidas quedaron desperdigadas en el asfalto como una muestra de lo intenso que fue el tiroteo que alarmó a los vecinos. Fueron ellos los que llamaron al 911. Cuando policías llegaron al lugar, la víctima ya había sido trasladada en un Peugeot 206 de color gris al hospital Paroissien. Los médicos de guardia sólo pudieron constatar el deceso de Ricobelli.
El Ministerio de Seguridad informó que el hombre tenía una herida por arma de fuego en tórax, otra en hemitórax derecho, una tercera en hemitórax izquierdo y una cuarta en el brazo izquierdo. Su codo izquierdo tenía una herida cortante.
La hipótesis de un ajuste
Un hijo de Marcelo Ricobelli y otros dos sujetos que lo trasladaron al hospital dieron una versión de lo ocurrido que, por el momento, no convenció a los pesquisas. Ricobelli hijo contó que fueron sorprendidos por sujetos armados que intentaron asaltarlos, por lo que se resistieron y abrieron fuego.
En esa balacera su padre recibió las heridas mortales. Pero los investigadores tienen conocimiento de que horas antes los Ricobelli y los suyos se habían enfrentado a tiros en Perdriel con otros sujetos. El enfrentamiento terminó luego en el barrio Las Parras, supuestamente cuando los atacados respondieron.
Por ello, una de las hipótesis que se investiga es que el crimen fuera un ajuste de cuentas, anterior al tiroteo en Perdriel o como consecuencia de ese ataque. Que se tratara de una disputa entre bandas es otra arista de la investigación. El hijo del fallecido y los otros dos sujetos quedaron demorados en la comisaría 10 de Maipú mientras avanza la investigación para esclarecer los hechos.
Además, el Peugeot en el que llegaron al hospital tenía pedido de secuestro por denuncia de venta, por lo que fue retenido. Mientras peritos de Policía Científica levantaban vainas servidas en calle Pescarmona y analizaban distintos rastros del enfrentamiento armado, sus colegas de la Dirección de Investigaciones comenzaban las tareas para intentar hallar a los responsables del asesinato.