De clásico contemporáneo

Godoy Cruz y San Martín de San Juan protagonizaron un derby bien de estos tiempos. Fue 1-1 en un partido áspero, trabado, con más pierna fuerte que juego; y con violencia antes y durante.

De clásico contemporáneo
De clásico contemporáneo

Las fichas en el paño de la ruleta valen más. No, no tiene nada que ver con plata. Tampoco con la ubicación en la tabla de posiciones o descenso. Es cuestión de honor, de orgullo, de ser disparador o blanco de los gastes hasta la vuelta, hasta que el fixture decida cruzarlos nuevamente. Apenas condimentos. Acá, todos ponen...

Luego de la ovación de la gente al Gato Oldrá, de los aplausos, de la ilusión renovada, el partido arrancó áspero, como una final, como un clásico. Como supo apuntar el Cholo Simeone, estos partidos se juegan con el cuchillo entre los dientes. Y es lógico. Porque más allá de los tres puntos, está en juego el honor de ser el capo de Cuyo.

Colectivamente hablando, el primer tiempo del equipo de Oldrá había sido aceptable.

Supo imprimirle velocidad y profundidad a cada avance por izquierda, Garro lució movedizo y San Martín lo respetó demasiado. Lo esperó muy retrasado con un 4-4-2 carente de osadía que esporádicamente desprendió a algunos de los laterales. Bien de B Nacional.

Así, lo tuvo Juanfi Garro tras un centro rasante de Zuqui, pero Ardente tapó con el pecho. También Fernández pivoteó en el área, pero su media vuelta fue demasiado débil. Hasta que llegó la polémica: González ejecutó el tiro libre, Fernández cabeceó al segundo palo y Galeano cabeceó, el balón dio en el travesaño y, pese a las dudas, el balón no ingresó en su totalidad.

La jugada ofició de inyección anímica para el Expreso, que en la siguiente jugada tuvo una muy clara con Daniel González, pero el  ex Fénix levantó el remate con la de palo. Y en la siguiente, lateral de Ceballos al área, Garro aguantó y giró muy bien y Mattia lo taló abajo. Penal. Del resto se encargó Leandro Fernández: remate bajo, a la derecha de Ardente y festejo de frente a la popular tombina.

Acá podés hacer todo bien, pero en cuanto te equivocás la vas a buscar adentro. No hay perdón en Primera. Entonces un error, tan solo uno, te puede costar el partido. Y todo lo bueno que hiciste hasta esa equivocación, incluido el gol, se va por la borda. Eso fue lo que le pasó a Godoy Cruz en el clásico con San Martín de San Juan: se durmió en un córner, le ganaron de arriba y adiós victoria.

¡Cómo le duelen los envíos aéreos a Godoy Cruz!  Sucedió en todos los amistosos de pretemporada y ayer se repitió. El Verdinegro fue el que terminó sacando provecho de ese descuido: se envalentonó y casi se lleva el premio mayor (sí, con Carlos en el banco).

Pero ésto es Primera, y no podés equivocarte. Porque si lo hacés... preguntale al Tomba.

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