Rodolfo Arruabarrena se mostró orgulloso por el desafío que le toca asumir, aunque reconoció que hubiese preferido que el ciclo de Carlos Bianchi, su antecesor, no hubiese finalizado de la manera que terminó.
“Esta es una responsabilidad muy grande y un orgullo muy importante, todos saben el amor que siento por este club” afirmó en su presentación, en la que estuvo acompañado por el presidente Daniel Angelici.
El técnico sostuvo que todavía tiene pendiente una charla con Bianchi, para la cual tiene previsto dejar pasar un tiempo, aunque reconoció que tuvo un breve contacto con el Virrey.
“Carlos me dio su apoyo y me deseó buena suerte. Me hubiese gustado que le fuera mejor y estar en mi casa”, se sinceró. Y admitió que “significa mucho ser el sucesor del técnico más importante de la historia de este club”.
En cuanto a la misión que tiene por delante, Arruabarrena puso el acento en la recuperación anímica de un plantel golpeado. “Están dolidos y con rabia. La salida de un entrenador le duele a cualquier grupo porque los jugadores sienten que son responsables.
La mejor manera de salir de esta situación es levantar ese ánimo. Hay poco tiempo, pero confío en que lo podemos hacer", afirmó y explicó que buscará conformar “un equipo compacto y ordenado, con compromiso para atacar y defender, que tenga la pelota y busque el arco rival.
Boca tiene un plantel muy bueno, pero tenemos que demostrarlo en la cancha. Hay que trabajar mucho y dar la cara. Tengo confianza en los jugadores y necesito de todo el grupo”.
Una decisión rápida
El presidente de Boca, Daniel Angelici, dijo que pensó en Rodolfo Arruabarrena como DT del club porque conoce a la institución después de su paso como jugador 'Xeneize'.
“La decisión fue rápida y pensamos en el ‘Vasco’ porque conoce al club. Es el primer técnico de aquella generación de jugadores que tantas satisfacciones nos dio a los hinchas de Boca”, cerró.