A los pies de un colorido fresco que representa el rostro de David Bowie en Brixton (sur de Londres), admiradores de todas las generaciones y de muchos países desfilaban el lunes para dar el último adiós a su ídolo.
"Todo el mundo lo quería. Es un día de tristeza", asegura Julia, vecina de este barrio popular en vías de transformación urbana donde Bowie nació hace 69 años.
Junto a ella, otros muchos seguidores en duelo se acercan al mural realizado sobre la pared de un supermercado en Tunstall Road por el artista australiano Jimmy C (James Cochran), inspirado en el album Thin White Duke.
"Él representa mi juventud, el desafío a los estereotipos sobre el sexo. Para los gays, era una luz que nos guiaba y nos daba esperanza", afirma Charlie Rice, de 66 años.
La ambigüedad sexual fue uno de los temas recurrentes de las canciones de David Bowie, personaje de mil rostros que no dudaba en disfrazarse y cultivaba una imagen andrógina, teatral, en permanente juego entre lo masculino y lo femenino.
Su alter ego Ziggy Stardust, creado en 1969, era una estrella del rock alienígena bisexual, que contribuyó a cambiar las percepciones sobre género y sexualidad en un país que a finales de la década de los años 60 todavía era relativamente conservador.
En una entrevista de 1972, Bowie anunció que era gay. "Y siempre lo he sido, añadió, pese a que en ese momento estaba casado con una mujer.
Nydia, escritora británica de 45 años, deposita flores y velas entre lágrimas, volviendo a encender las que se han apagado. "Lo era todo para mí. Influyó mucho en mi vida desde los 11 años. Si no hubiera tenido a David Bowie como héroe, probablemente jamás me habría hecho artista", asegura.
De otra generación, el estudiante taiwanés Calvin Tsai, de 23 años, se expresa en términos similares: "Es un gran músico, yo hago música y él me influyó", afirma. Bowie "está en nuestros corazones y no lo olvidaremos".
Clare Ronai, contable de 35 años, viene con su bebé y también ha traído flores. "Lo descubrí a los 12 o 13 años, cuando todos pensamos que no somos normales. Él nos ayudó en ese periodo", explica esta fan que ha vestido a su bebé como el que aparece en Laberinto, la película en la que Bowie interpreta a Jareth, el Rey de los Goblins.
Fuera de la música, el cantante y compositor también hizo incursiones en el mundo del teatro, la moda, la pintura y el cine, participando en una treintena de películas.
La estrella es uno de los raros artistas que logró traspasar las fronteras de la edad entre sus fans.
"Para mi generación y la de mis padres, es un punto de inflexión", asegura Julian Tung, de 29 años, mientras toma fotos del fresco.
Dagmar, grafista de 40 años, es de Brasil. "No era solo su música: eran sus actos, su estilo de vida, lo que representaba para cada uno de nosotros", insiste.
A pocos metros, el cine Ritzy, un lugar emblemático del barrio, ha hecho un cartel de tributo al artista: David Bowie, nuestro chico de Brixton. RIP".
Bowie se mantuvo ligado al sur de Londres durante su infancia. Creció en Bromley, una tranquila zona en las afueras de la capital británica y después se mudó a la zona Beckenham, poco antes de que su carrera despegara.