Sentado cómodamente en la platea del estadio General San Martín de Las Heras, no para de mirar con asombro la tribuna del Globo. Mate en mano, disfruta del paisaje y mira con especial atención al banco de suplentes de Huracán, donde su hijo Emiliano Franco Pola, nacido en Zaragoza en su época de jugador, se apresta para saltar al campo de juego. En eso, saca su celular del bolsillo y aprovecha para retratar el momento. Darío Javier Franco estuvo en Mendoza y, en el entretiempo de la victoria del líder de la zona 2 del Federal A frente a Olimpo de Bahía Blanca, se tomó unos minutos para dialogar gentilmente con Los Andes y hacer un repaso a su trayectoria como futbolista y como entrenador. Además, blanqueó que mantuvo una reunión con los dirigentes de Independiente Rivadavia para presentarles su proyecto, pero la negociación no prosperó por diferencias en los números del contrato. Pase y lea.
-Además de visitar a sus hijos y verlos en acción, ¿qué lo trae por Mendoza?
-Más que nada eso, visitar a mis hijos, estar con ellos y verlos jugar. En esta oportunidad le tocó a Emiliano.
-Y el otro día a David…
-Sí, el otro día a David, que tuve la suerte de verlo coronarse campeón con FADEP.
-¿Cuándo sus hijos eran más chicos tenía tiempo de ir a verlos jugar?
-No tenía la posibilidad porque generalmente los fines de semana, cuando ellos jugaban, yo estaba concentrado, viajando o jugando. Entonces, ahora que estoy más tranquilo puedo disfrutar de estos momentos.
-¿Se ha tomado un tiempo para dirigir o está a la espera de que salga alguna propuesta interesante?
-No, no me tomo ningún tiempo. Está claro que el tiempo que tengo es obligado porque por ahora no hay ninguna posibilidad concreta. Pero uno tiene las esperanzas de que pronto pueda darse algo para volver a dirigir.
-En Mendoza nunca trabajó y tanto Independiente como Godoy Cruz tienen entrenadores interinos. ¿Habló alguno con usted?
-Sí, estuvimos reunidos con gente de Independiente Rivadavia. Hubo un encuentro y nada más. Después, los dirigentes son los que deciden.
-¿Le seduce la posibilidad de dirigir en Mendoza?
-Claro, me encantaría dirigir acá. Vamos a seguir esperando y ojalá algún día se dé.
-¿Qué hace cuando no está dirigiendo?
-Disfruto mucho de esto, de visitarlos, de ver a mis hijos y descansar. Además, tengo una hija, que es la menor de los tres, que estudia arquitectura y ella también le pone muchas ganas y pasión en su carrera.
-¿Es de ver fútbol todo el tiempo?
-Sí, me la paso viendo fútbol.
-¿Es obsesivo de su trabajo?
-Sí, soy muy obsesivo de mi trabajo. Le dedico bastante tiempo, pero cuando no estoy trabajando también sé separar y me dedico a disfrutar. Me gusta jugar al pádel, andar en bicicleta, jugar al fútbol con mis amigos…
-¿Había venido a ver algún partido de Huracán Las Heras? ¿Qué le parecieron el marco y su gente?
-No, no había venido nunca y me sorprendió muy gratamente por la pasión que tiene la gente. Se nota que es un equipo trae mucho público y me alegra que tenga esta cantidad de hinchas apoyando al equipo.
-¿Cómo ve al fútbol mendocino?
-Ahora que uno tiene la posibilidad de vivirlo más de cerca, se nota que se vive con mucha pasión. Me ha tocado estar en la cancha de Independiente como entrenador y ahora puedo estar acá viendo Huracán, como también me ha tocado enfrentar a Godoy Cruz y se nota que hay mucha pasión. La gente disfruta y le gusta el fútbol, es una provincia que tiene muchos equipos dentro de las diferentes categorías y tratan de ser competitivos desde el lugar que les toca.
-¿Alguno de sus hijos salió parecido a usted en materia futbolística?
-No, ellos son mejores técnicamente. Los dos juegan bien y son volantes con otras características. Emiliano es un volante más ofensivo, David es más volante central, pero tiene más técnica y es más de juego que lo que era yo.
-En la Copa América de Chile 1991 tuvo su instante de gloria con la Selección Argentina con aquellos dos recordados goles nada menos que ante Brasil.
-Tuvimos una racha muy linda, que fue en la época que estábamos con Marcelo Bielsa en Newell’s y en la Selección se formó un gran equipo comandado por el Coco Basile. Tuvimos momentos exitosos como la Copa América de Chile y la de Ecuador, que a la vez tengo un mal recuerdo de la misma, pero no deja de hacerme tener lindos recuerdos (ver aparte).
-¿Ese partido contra Brasil significó el momento culmine de su carrera?
-No, hay otros. El título con Newell’s y con Morelia son otros. Mi paso por el Zaragoza también es importante porque ganamos una Copa del Rey y una Recopa.
-¿Qué siente cuando se da cuenta de que ese de 1993 fue el último título oficial de la Selección Mayor? ¿Le da bronca?
-No me da bronca porque más allá de no haber conseguido títulos, la Selección llegó a la final del Mundial de Brasil contra Alemania, dirigido por Sabella, también llegó a dos finales de Copa América siendo dirigida por el Tata Martino y me parece que, aunque no se haya logrado el campeonato, es mucho. Lo que pasa es que en este país somos muy exigentes y creemos que sólo sirve salir campeón. Ese es un análisis muy frío y apresurado que hay que evaluar. Por ejemplo, el Mundial que hizo Argentina con Sabella: llegó a la final y perdió ¡con Alemania! ¿Vamos a decir que fue un fracaso? No. Y lo mismo sucede con el Tata (Martino) en las dos finales de Copa América que jugó.
-El tema es que tenemos al mejor jugador del mundo.
-Es verdad, tenemos al mejor jugador del mundo. Pero creo que en todas las etapas que ha estado Messi los diferentes entrenadores han elegido a los que ellos consideraban que eran los mejores jugadores. Después, hay que hacerlo funcionar como un equipo y esa es una tarea netamente del director técnico. Siempre confío en el entrenador y en los jugadores que están. Y apoyo constantemente a cada proceso.
-Entonces está de acuerdo con que Scaloni sea el entrenador de la Selección.
-Sí, creo que sí. Si está es porque los que lo han elegido consideran que es el mejor entrenador para el momento.
-Compartió cancha con Maradona nada menos que en la Selección. ¿Qué opina sobre su regreso como entrenador al fútbol argentino?
-Con Diego (Maradona) jugué algunos amistosos y en la gira previa al Mundial de Estados Unidos ‘94. Es lo máximo porque es muy terrenal, compañero y amigo. Siempre defiende al jugador. Y por todo lo que fue como futbolista, es una alegría muy grande verlo dirigir en el fútbol argentino. Le deseo el mayor de los éxitos.
-¿De qué hincha es?
-De chiquito soy hincha de River, pasa que a los 14 años me fui a hacer mi carrera a Newell’s y me encariñé mucho con ese club. Entonces, tengo un cariño muy especial.
-¿Y hoy lo vive como hincha este momento de River?
-No, ya no soy fanático. Lo veo desde otra óptica. Hoy soy hincha de los equipos donde juegan mis hijos.
-¿Cómo ve al River de Marcelo Gallardo?
-Impresionante. Con mucha admiración.
-¿Cree que será campeón de América nuevamente?
-No sé si va a ser campeón otra vez, pero va a ser una linda final porque vamos a ver a dos equipos como River y Flamengo que realmente juegan muy bien y se agradece tener la posibilidad de ver a dos equipos así.
-¿Usted se nacionalizó mexicano?
-Sí, eso forma parte de una etapa muy linda en la que yo era jugador del Morelia.
-Allí fue donde terminó jugando de defensor...
-Sí, de volante pasé a ser marcador central.
-Morelia es el equipo en el que después comienza su carrera como entrenador, ¿no?
-Sí, ahí me retiré. Después hice el curso de entrenador y comencé trabajando en las Inferiores hasta que debuté en la primera división de Morelia.
-¿Cómo ve al fútbol mexicano actualmente?
-Es muy competitivo. Hace diez años que me vine y no lo he seguido tanto como para dar una opinión tan profunda.
-Casi todos los entrenadores que tuvieron a Marcelo Bielsa están bajo el estigma de su influjo y lo quieren imitar. ¿Usted también?
-No, no hay punto de comparación. Primero, hay que conocer muy bien el método Bielsa y eso lleva mucho tiempo. Y después que uno lo conoce, hay que ver si uno está convencido de que quiere eso. A mí Marcelo (Bielsa) me marcó como jugador y como entrenador hay muchas cosas de sus equipos que me gustan, pero puede que no esté totalmente identificado con lo que hacen sus equipos. Y esto tiene que ver con que no conozco a fondo su método.
-¿Cómo intenta que jueguen sus equipos?
-Me gusta que mis equipos jueguen bien, que traten bien la pelota, que sean agresivos para recuperarla, que salgan a proponer en los partidos y que no le den la iniciativa al rival.
-¿Qué sistema de juego suele utilizar?
-He jugado mucho con el 4-3-3, pero con el paso de los años y el recorrido en esta profesión, he ido variando los esquemas de acuerdo a las características de los jugadores que uno tiene en cada momento.
Un sueño que terminó en pesadilla
Estadio George Capwell, Guayaquil, 17 de junio de 1993. Darío Franco, titular en el equipo de Basile, fue a disputar una pelota con el defensor boliviano Marcos Sandy y se llevó la peor parte: fractura de tibia y peroné. Tardó 6 meses en recuperarse y no llegó. Sandy, en cambio, fue uno de los centrales que integraron el histórico plantel boliviano que jugó en Estados Unidos. "Fue un choque sin mala intención. Me recuperé, pero no llegué con ritmo y me perdí el resto de la Copa y el Mundial de Estados Unidos", recuerda Darío Franco a más de 26 años de aquel triste suceso por el que lloró mucho. Igual, en sus palabras no hay rencor ni mucho menos.
Darío Javier Franco Gatti
Fecha y lugar de nacimiento: 17/01/1969 en Cruz Alta, Córdoba.
Edad: 50 años.
Puesto: Mediocampista / Defensor.
Trayectoria como futbolista: Newell's Old Boys (1987-1991); Real Zaragoza, España (1991-1995); Atlas, México (1995-1997) y Monarcas Morelia, México (1998-2004).
Trayectoria como entrenador: Monarcas Morelia, México (2006), Estudiantes Tecos, México (2006 – 2007); Atlas (2008 – 2009); San Martín de San Juan (2010 – 2011); Instituto (2011 – 2012) y (2017-2018); Universidad de Chile (2013); Aldosivi (2014); Defensa y Justicia (2015); Colón (2015 – 2016); Aldosivi (2016 – 2017) y San Luis de Quillota, Chile (2019).
Títulos como jugador: Primera División (Newell's, 1991); Copa del Rey y Recopa de España (Zaragoza, 1994), Copa América (Selección Argentina, 1991 y 1993), Copa Artemio Franchi (Selección Argentina, 1993) y Torneo de Invierno (Morelia, 2000).
Título como entrenador: Copa Chile (Universidad de Chile, 2012-13).