Los daños psicológicos del bullying duran años

El acoso en las escuelas tiene fuertes consecuencias en la adultez. Los más perjudicados: los acosadores.

Los daños psicológicos del bullying duran años
Los daños psicológicos del bullying duran años

Los chicos entran a la escuela llenos de ilusiones y miedos y se enfrentan, en algunas oportunidades, al peor escenario. Compañeros que los discriminan por cómo visten, porque son gorditos o usan lentes, porque son diferentes o porque sí. El

bullying

se extiende a pesar de las campañas. Es que algunos canales, como Cartoon, hablan sobre el tema hace rato. Sin embargo las programaciones y la violencia florecen en la televisión, en los hogares y en el ámbito escolar.

Así los niños se tratan mal y dejan fuertes huellas en sus compañeros. Ahora un estudio publicado en la prestigiosa JAMA Psychiatry demostró que la depresión y la ansiedad, producto del hostigamiento escolar, pueden durar al menos hasta los 20 años. Dos problemas psicológicos que afectan no sólo a los hostigados sino que perjudican también a los hostigadores. Es decir, el que maltrata también tiene fuertes secuelas.

"Obviamente, se conocen las consecuencias del bullying en el corto plazo. Me sorprendió que una década después de la victimización, en la transición a la edad adulta, aún siguiéramos viendo las marcas emocionales en las víctimas y los hostigadores/hostigados", detalló el doctor William Copeland, autor principal del estudio realizado en el Duke University de Durham, Carolina del Norte.

Para llegar a esta conclusión se estudiaron a 1420 niños y adolescentes. A ellos se les preguntó sobre sus experiencias escolares. Se analizaron las edades que van entre los 9 y 16 años. Luego se los controló hasta los 26 años para conocer las consecuencias a largo plazo.

Uno de cada cuatro participantes y sus padres aseguraron que fueron víctimas al menos una vez mientras que uno de cada 10 admitió haber hostigado a otros niños. Las consecuencias de este acoso se notaron en la adultez. Los jóvenes hostigados tenían más posibilidades de sufrir problemas psiquiátricos.

Las estadísticas fueron rotundas. Seis de cada 100 jóvenes sin exposición al hostigamiento sufrieron trastorno de ansiedad mientras que el 24 por ciento de las víctimas del bullying sufrían este mismo trastorno. Lo peor sucede en el caso de los acosadores, de ellos el 32 por ciento padecía ansiedad.

Además los hostigadores resultaron más propensos a presentar un problema de pánico, depresión o intentos de suicidio.

"Esto no sorprende porque, en parte, es una reacción a la experiencia traumática del hostigamiento y, además, conviven con la experiencia de haber hostigado a otros", dijo el doctor Mark Schuster, jefe de pediatría general del Hospital de Niños de Boston y profesor de la Facultad de Medicina de Harvard.

"Llama la atención a la gravedad del bullying y refuerza lo aprendido: que no es sólo un rito del crecimiento que todos los niños padecen y pueden soportarlo", dijo Schuster. La conclusión fundamental de la investigación: trabajar en equipo para evitar el acoso escolar.

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