Para Daniel Vinderman, la música es un complemento que lo acompaña desde temprana edad. Siempre fue un hobby, una actividad secundaria. Sin embargo, los caminos de la vida lo llevaron a la composición de sus primeras canciones allá por el 2003.
Para ese entonces, su carrera como licenciado en Publicidad era su prioridad. Sin embargo, la entrada del arte a su vida -como algo más profundo- comenzó a tomar más protagonismo.
“Se dieron un montón de cosas: grabé un disco con el que también gané un premio. Luego un productor se interesó en mi trabajo y así sucesivamente”, dice Vinderman sobre el camino que lo llevó a poner la música en un primer lugar.
Claro, en ningún momento dejó de lado su actividad profesional. "En cierto modo se complementan y por eso trato de llevar ambas cosas de manera profesional", afirma y además añade que es tan importante la música en su vida que "podría dejar de hacer publicidad, pero no música".
“No por una cuestión de que una sea mejor que otra, sino porque la publicidad es mi profesión y mi trabajo, y la música es todo lo demás: lo que hace a una persona en su esencia. No es elegir una u otra, porque son dos cosas que no tienen comparación”, aclara.
La evolución de un músico
Nació en Catamarca, pero en el año 1999 se instaló en nuestra provincia para no mirar atrás.
“Llegué en ese año para trabajar en publicidad. Fue una decisión muy importante acompañada por un mejor recibimiento. Antes de venir acá había escuchado mucho prejuicio sobre Mendoza y su gente, pero me encontré con todo lo contrario”.
A nivel profesional, el músico afirma que Mendoza “le dio todo”. “Crecí profesionalmente acá. Tenía una empresa chica y ahora es bastante grande. Hoy soy el músico que soy porque me desarrollé artísticamente aquí, no sé que hubiese pasado en otro lugar”.
Cambia, todo cambia
Después de cinco discos (Corteza, 2007; Y después fuiste el color, 2010; Cosas que te dan placer, 2011; Bengala, 2013 y Alma Wasabi, 2017), el artista reconoce que en sus comienzos, el proceso compositivo siempre es más inocente,
“Yo empecé a crear de grande. Tenía un montón de cosas muy propias para decir y que tenían que ver con mi vida pasada. A medida que avancé en la composición, la importancia giró hacia mis gustos e impulsos musicales que contaban cosas más actuales”.
Así, tras diez años de trabajo, el eje de su estructura musical actual incluye el contexto social y lo que le sucede a la gente que se encuentra a su alrededor. “Ahora estoy más atento a la realidad que al pasado”.
No todo es rock
Con un estilo dominado por el pop rock, todo lo que hace siempre tiene algún que otro contenido folclórico.
“Nunca hice folclore puro porque no es algo que me guste mucho. Sin embargo, lo incorporé de chico por las peñas y por los toques con mis amigos... Hay algo ahí que me atrae y lo reflejo en mi música. No de manera forzada, sí natural”.
La excelencia como bandera
No sólo en sus proyectos artísticos, sino también en los musicales, el ADN de Vinderman sólo busca la grandiosidad.
“Cuando uno va creciendo busca que las cosas salgan de la mejor manera posible, por eso damos lo mejor de nosotros.
Soy muy exigente, y si bien la música es una cuestión artística en la cual no se puede buscar la perfección -porque no se le puede aplicar ese tipo de evaluación-, yo trato de que cuando mi música llega a los demás, lo haga de la mejor forma: con la mejor calidad de interpretación, de sonido y, por sobre todo, que esté bien hecha.
Publicista versus músico
Este tópico es algo recurrente dentro de la vida de Vinderman. “Trato de que esos dos mundos no se vean contaminados. No pienso mi música desde un lado publicitario, no funciona de ese modo (por lo menos para mí), porque sino estaría haciendo música comercial”.
La pureza de las canciones del artista son el alma de su proyecto, por eso no quiere ninguna interferencia en su trabajo. Y bien se refleja en su último disco: Alma Wasabi. “Es lo más anticomercial: canciones de siete minutos, orquestadas y con muchas partes instrumentales”.
Pero la publicidad sí le sirvió de experiencia para convertirse en el músico que es hoy. “La forma de trabajo me ha dado cierta disciplina en los procesos creativos. Ser paciente, aprender que todo tiene su tiempo y que no hay que desesperarse por las ideas”.
De música birrera, volumen 3
Hoy desde las 17, siete bandas animarán con sus repertorios la tarde del domingo mendocino.
En el caso de Daniel Vinderman, el espectáculo preparado planea repetir lo presentado en el pasado Feriagro. “Fue una linda experiencia. Es la segunda vez que participo en un evento de Vendimia donde siempre hay un tinte más folclórico.
El set incluye dos canciones de cada uno de mis discos que tienen que ver más con lo popular. Me encanta mostrar una faceta no tan rockera”, concluye.
La ficha
De música birrera Volumen 3
Bandas invitadas: Daniel Vinderman, Bajo Cuerda, Sedevich Band, Sebastián Garay, Luli Interllige, Gonzalo Matías y DJ Leo.
Fecha y hora: hoy desde las 17.
Lugar: en Del Barrio, Fábrica de Cerveza (RP 82 - KM 29, Luján).
Entrada: $100 (incluye degustación de cerveza).