“Daniel Scioli, a un año del debate presidencial”. Así se llama el documental que acaba de presentar quien fuera derrotado en balotaje por Mauricio Macri.
"Sí, el 15 se cumple un año del debate", confirma al iniciar la charla que mantuvo en su oficina del microcentro porteño (su antiguo búnker de campaña) con Los Andes.
Ese documental es el mismo que presentó en el programa de Mirtha Legrand y le valió un posterior cruce con la diva de la TV.
Scioli viene endureciendo su discurso opositor mientras navega en una empresa de difícil pronóstico: cómo ensamblar, de cara a las elecciones del año que viene, una opción que reúna al electorado kirchnerista con las distintas (y a veces enfrentadas) expresiones peronistas, algunas de ellas dentro del Frente Renovador.
Sus definiciones contundentes sobre el Gobierno contrastan con la respuesta caseteada que da cuando se le pregunta por su futuro electoral
-¿Va a ser candidato en 2017?
-Voy a estar donde más sienta que puedo defender a la gente.
Scioli repasa, entonces, lo que considera “incumplimientos” del gobierno. “¿Dónde está el millón de viviendas? ¿Vieron las 250 mil de este año?
¿Dónde está la eliminación del impuesto a las Ganancias?, porque yo les puedo mostrar la eliminación de los impuestos a las mineras. Le pagó a los fondos buitres y en vez de inversiones, hubo una lluvia de deuda...”.
-"Daniel, ¿en qué te has transformado? Parecés un panelista de 678", le volverían a decir...
-Macri me respondió con chicanas, '¿de dónde sacaste que voy a devaluar?', '¿de dónde sacaste que voy a aumentar las tarifas?'. Yo al debate fui con la convicción de mostrar que había dos caminos para enfrentar los problemas pendientes de la Argentina.
El camino del ajuste o la agenda del desarrollo del mercado interno para avanzar en una segunda etapa de reindustrialización.
-El Gobierno dice que Scioli hubiera tomado las mismas medidas.
-De ninguna manera. Yo no hubiera abierto la economía a las importaciones. Estamos yendo a contramano del mundo, que se está replanteando su proceso de libre comercio para cuidar el empleo y la industria local.
Hoy tenemos despidos, hay cien mil comercios cerrados, hay fábricas que bajan las persianas, hay importadoras que abren para traer lo que habíamos empezado a producir acá.
-¿Pero el sector energético, por ejemplo, no estaba al borde del colapso?
-Es verdad, había una situación energética complicada. Pero ahí está el rol de YPF para ir disminuyendo la importación de energía. Entre aumentar las tarifas un 500% y dejarlas congeladas, había caminos intermedios.
-El Gobierno insiste en que lo peor ya pasó.
-Ese es un relato que quiere instalar de cara a las elecciones. A mí me preocupa lo que se puede venir.
-¿Qué se puede venir?
-Un ajuste mucho más profundo impuesto por el Fondo. Ya hay indicios: flexibilización laboral, y miren lo que pasa en la Patagonia con los petroleros. Aumento de la edad jubilatoria. Aerolíneas: ya empiezan los low cost. Recortes en las universidades, en ciencia y tecnología.
Destrucción del empleo y la industria nacional. Se está pagando por servicios de intereses de la deuda más de 1.200 millones de dólares por mes. Estamos hablando de más de 100 mil millones de dólares de deuda en dos años.
Y tenemos otra bomba de tiempo: los 700 mil millones de pesos de Lebac. No me digan ahora que vengo con una nueva campaña del miedo.
-¿No era inevitable el arreglo con los holdouts?
-Yo hubiese negociado de otra manera. Entre salir a pagarles a los fondos buitres lo que querían ellos y no pagar nada, también había un camino intermedio. Las provincias ahora están tomando deuda a tasas muy altas.
Los particulares empezaron a endeudarse de nuevo. Hay sectores con problemas en la cadena de pago. Los stocks no se venden. Con una tasa de interés como la actual, empiezan los problemas.
El camino era un Banco de Desarrollo, no la usura como la que estamos viendo ahora.
-¿Cree que el gobierno puede cambiar de agenda?
-Se lo va a ir imponiendo la realidad. Dentro del sindicalismo están quienes interpretan las demandas de los trabajadores. Nos encontramos con marchas masivas. Pasó con la CTA, la Marcha Federal, con los bancarios de Palazzo…
-¿Y la CGT?
-Está con otra actitud. Yo siento que la paciencia de los trabajadores se va a agotar si no tienen respuesta. Ahora estamos discutiendo un bono de dos mil pesos. Cómo mínimo debería ser de diez mil pesos. Y a los jubilados habría que aumentarles un 50%.
-¿Qué se juega en las próximas elecciones?
-Dos modelos de país. Uno, el del trabajo argentino y la industria nacional. El otro, el del ajuste y un país con un perfil más financiero. La gente le va a poner un límite a todo esto.
Y va a buscar quién defienda su empleo, sus comercios, sus industrias, y hasta su actividad agrícola-ganadera. Hay sectores del campo, de las economías regionales, que están peor. ¡Estamos importando alimentos!
-El oficialismo se beneficia con una oposición dispersa. Aprendió del kirchnerismo del 2007 y 2011. ¿Usted busca unir al peronismo?
-La situación supera las estructuras de los partidos. En un momento determinado, la gente les dijo a los políticos 'quiero que se unan en contra de'. Y ahora el mensaje de la gente va a ser 'únanse para defenderme y poner límite al ajuste'. Y ahí van a confluir muchos sectores.
-Coincide entonces con Cristina Fernández en confluir en un frente más grande que el peronismo y el Frente para la Victoria.
-El peronismo siempre fue frentista y eso se reflejará en las elecciones de 2017. Si estamos frente a una coalición de gobierno que se ha unido 'en contra de', hablo del radicalismo, el Pro y la Coalición Cívica, la dinámica nos va llevando a que tengamos que hacer los esfuerzos en unir mucho más que el peronismo.
-En estos once meses de oposición, el peronismo se ha ido desgajando…
-Algunos peronistas han dicho que el Gobierno va por buen camino y otros nos mantuvimos con firmeza sosteniendo nuestra visión. Pero el país necesita que haya un espacio político que genere esperanza y confianza para defender a la gente del ajuste.
-¿Cree posible una reunificación entre sectores como el kirchnerismo, el de Diego Bossio o los senadores que conduce Miguel Ángel Pichetto?
-Sí, porque va a ser necesario. Es nuestra responsabilidad.
-¿Incluye al massismo en esa reunificación?
-No sé qué posición sostendrá Sergio. Su política ha sido la de colaborar en nombre de la gobernabilidad. Pasándolo en limpio: o sos oficialismo o sos una alternativa de oposición.
-¿Y cómo identifica al Frente Renovador?
-Creo que está en una posición intermedia. Pero no soy comentarista político.
-¿Ha conversado con Randazzo?
-No. La verdad es que más que estar hablando con los dirigentes me estoy focalizando en las distintas realidades de este ajuste, como la suspensión de los trabajadores de Puma en La Rioja o los nuevos convenios petroleros en Vaca Muerta.
Tenemos la responsabilidad de organizarnos con una agenda clara.
-¿Con Cristina mantiene diálogo?
-Sí, obvio. Hablo con dirigentes de todos los sectores.
-¿Prevé un diciembre socialmente difícil?
-No. Creo que el Gobierno va a buscar que no sea así y nadie va a hacer nada en contrario. Todos tenemos que hacer lo posible para que haya paz social.