Daniel Scioli está lejos de sorprender a quien lo trata por primera vez. Es tal cual se lo ve por televisión, de gestos moderados y palabras aún más moderadas. Lo suyo no son las declaraciones rimbombantes ni la polémica. No habla mal ni de los opositores, como Sergio Massa. Por eso sacarle una crítica directa a Cristina Kirchner es una misión imposible, más allá de que no deja de decir lo que falta por hacer, siempre elípticamente.
Pero hay algo claro: está en carrera por la presidencia. Esta nota y todas las que dio en su paso por Mendoza son una demostración de que va por su nuevo objetivo político, así como el partido de futsal que jugó ayer en Maipú (Ver aparte) y el que dos días antes organizó en su visita a Chubut.
Su carrera política empezó hace 17 años, cuando decidió presentarse como candidato a diputado nacional por Capital Federal. Ya suma más que los once como motonauta, pero aún muchos lo asocian a su pasado deportivo, sobre todo los que buscan menospreciarlo políticamente.
Él dice estar orgulloso de ese tiempo de gloria, a fines de los '80 y principios de los '90, cuando sus carreras se veían en directo por TV y llegó a ser campeón mundial. Todo esto lo cuenta mientras toma la mediatarde: un té con leche fría en el que moja las medialunas.
Durante la charla, esboza sus ideas para un futuro gobierno nacional, obviamente suyo. Dice que el país necesita alguien que genere confianza. Y aunque ni se le pregunta por Cristina, para no escuchar las mismas respuestas de siempre, al pasar dice que "es una mujer de gran temple" y la respalda afirmando que antes de la devaluación hubo "muchas presiones", pero sin llegar a hablar de "golpe de mercado y mediático" como ella.
-Damos por hecho que va a ser candidato...
-Ya lo he dicho. Creo que son los ciclos de la democracia. En el '83 fue Alfonsín cuando la gente demandaba volver a la democracia, en el '89 fueron las expectativas que generaba Menem, en el '99 la gente pedía un cambio y más ética.
-¿Y en 2015 qué cree que demandará la gente?
-Que se cuide lo que haya que cuidar, que se atraigan más inversiones y que pueda avanzarse hacia los objetivos. Y esto debe encabezarlo alguien que tenga mucha experiencia y genere confianza.
-¿En qué momento hizo el click y pensó en ser candidato a presidente?
-Cuando encaro algo lo hago con una gran determinación, pero no me gusta quemar etapas, es como en la vida, tenés que ir madurando, sumando experiencia, formando equipos. Es la superación y exigencia que yo me planteo en mi vida. Hoy mi prioridad es gobernar la provincia de Buenos Aires, que representa el 40% del país y tiene empresas de electricidad, banco, astilleros, de todo. Después vendrán la campaña, las PASO...
-Usted se va a presentar como el candidato que va a continuar...
-Yo soy peronista, con la impronta que la gente me conoce. La gente me conoce desde hace muchos años y me ha puesto a prueba con lo que Felipe González me enseñó alguna vez como la fuerza emocional de un dirigente, que tiene que ver con el temple, la prudencia y la responsabilidad que debe demostrar en momentos claves.
-Cuando defiende el modelo se refiere al peronista o al kirchnerista.
-Siempre defiendo las políticas que desde mi punto de vista son acertadas y traen soluciones para la gente, las sociales, la sustitución de importaciones, la soberanía energética.
-Pero eso también lo planteaba Perón en su primer gobierno.
-Ésas son las políticas que yo defiendo y creo que ese camino no hay que desandarlo, hay que mejorarlo. No creo que siempre haya que volver a empezar, tirar todo por la borda. Nunca lo hice.
-¿Qué cambiaría o mejoraría?
-Las cosas que se pueden ir cambiando son posibles a partir de lo que se ha hecho. Si podemos hablar de soberanía energética es porque previamente se retomó el control de YPF y porque se regularizó la situación con Repsol, por ejemplo. Si podemos pensar en más infraestructura es porque primero se puso en marcha la economía.
-¿Y algo más cotidiano como la inflación?
-De hecho se están tomando medidas acertadas y se va a ir desacelerando, como pasó con el dólar. Lo que pasa es que algunos sembraron pesimismo, desánimo, decían que el país se iba a quedar sin reservas, que la inflación iba a explotar. Este país tiene dos grandes profesionales, entre otros.
Uno es el presidente del Banco Central (Juan Carlos Fábrega), mendocino. El otro es (Miguel) Galuccio (CEO de YPF). Yo me rodeo de profesionales y creo que este es un momento en que hay que incorporar al Estado más profesionales, con vocación política obviamente.
-¿Y qué más haría distinto?
-Para el desarrollo del país, según mi visión, hay que promover mucho la asociación público-privado. En el país tuvimos un tiempo de todo público y otro de todo privado. El Estado se desprendía de todo, con las consecuencias que hemos conocido, o volvía todo al Estado otra vez. Ahora creo que hay que ir a la asociación entre los dos sectores. De hecho en la provincia de Buenos Aires lo estamos haciendo.
-¿Sería un mix de menemismo y kirchnerismo?
-No, no, es asociación público-privado, es eso, nada más.
-¿Cree que el candidato del peronismo se va a definir en las internas abiertas?
-Para todos los partidos políticos va a ser de la misma manera.
-¿Y no va a intentar evitar esa instancia con algún acuerdo previo?
-Mi vida política nació en una interna dentro del peronismo. Yo fui candidato a diputado (NdR: de Capital Federal) después de haberle ganado una interna a Miguel Ángel Toma. Yo creo en las internas para potenciar a los candidatos, para unir después.
-¿Cómo imagina el país después de 2015?
-Creo que viene una etapa de desarrollar el país, con inversión, aumento de la productividad, mejora de la competitividad, siempre a partir de lo que se está haciendo ahora. Con una Argentina desarrollada social y económicamente, es posible pensar porque hay mucho margen para inversión del sector privado y público para encarar grandes obras de infraestructura, acueductos, la red ferroviaria. Me parece que es el salto lógico después de diez años de crecimiento, con recuperación del empleo y la industria.
-¿Cree sinceramente que ya se canceló la deuda social?
-No podemos negar las mejoras en los índices de desempleo, pobreza e indigencia, aparte de las políticas sociales que han servido para integrar a la sociedad, como la Asignación Universal, Procrear, Progresar.
-Últimamente ha hablado de un tiempo mejor que está por venir.
-Cuando digo que lo mejor está por venir es porque estos diez años han sido muy buenos en recuperación y crecimiento, y si cuidamos los logros y le agregamos un marco de inversión vamos a lograr las nuevas metas. Hoy tenemos gran materia prima y muy buena materia gris en Argentina, todo eso articulado e integrado...
-Eso lo tuvimos siempre y hasta ahora no nos ha servido de mucho...
-Tiene un pasado muy pendular la Argentina, ahora se han generado cambios importantes. Tenemos 6,5% de desocupación, la deuda representa el 10% del PBI, qué país en el mundo puede decir eso.
-Pero hay muchos problemas...
-Yo no lo niego. Muchas veces son las tensiones del crecimiento, la tensión de la distribución del ingreso. Antes teníamos los obreros en la calle, las persianas cerradas, 60 por ciento de pobreza. Está bien, no hay que conformarse porque la Argentina está para más.
-Lo que pasa es que el Gobierno ya lleva 11 años y mucho de lo que usted plantea ahora para después de 2015 ya lo dijo Néstor Kirchner hace una década, como grandes obras de infraestructura, la recuperación de los ferrocarriles.
-Como todo gobierno, éste avanza en algunas cuestiones y en otras no tanto. Hay asignaturas pendientes que van poder cumplirse con la llegada de la inversión y de créditos internacionales.
-Y mejorar la calidad de la educación pública es también una asignatura pendiente.
-Sí. La calidad, la conectividad, las salas de cuatro años, los niveles de deserción.