Daniel Casablanca, animal de teatro: sobre el arte de despertar la risa

Es uno de los grandes comediantes argentinos, integrante y fundador del célebre grupo Los Macocos. Ahora llega a Mendoza con “Bigote argentino”, obra en la que vuelve a dirigir al dúo Sutottos y que se verá en dos funciones, hoy y mañana, en la

Daniel Casablanca, animal de teatro: sobre el arte de despertar la risa
Daniel Casablanca, animal de teatro: sobre el arte de despertar la risa

La última vez que visitó Mendoza lo hizo con el elenco Los Macocos, el cual fundó en la década del ‘80 y son referentes indiscutidos del humor en el teatro independiente. Por aquel entonces, en 2005 se subió al escenario del teatro Independencia con “Continente Viril”, una de las últimas producciones en las que participó con el colectivo.

Desde el lunes pasado está en nuestra provincia, y aprovechó su estadía para dictar un seminario de Dramatización sobre la pequeña estructura y brindó una charla en la Facultad de Arte y Diseño de la UNCuyo. “La verdad que cuando otros repasan todo lo que hiciste es muy emocionante, y me doy cuenta de los 30 años que llevo como actor”, dice Daniel Casablanca sobre su experiencia con alumnos y actores en la Universidad.

A sus tres décadas sobre las tablas, Casablanca suma 25 años como docente en la escuela de teatro que lleva su nombre. Siempre en actividad y enérgico dirige “Forever Young” y es uno de los protagonista del fenómeno teatral “Toc Toc”, que continúa en la cartelera porteña, aunque no forma parte del elenco que presentará la obra en Mendoza en tres funciones a partir de mañana (ver Un fenómeno teatral).

Sin embargo, el verdadero motivo de su regreso es la gira nacional de “Bigote argentino”, comedia que dirige y protagoniza el elenco Sutottos (ver Dos bichos de ciudad) y que tendrá doble función, hoy y mañana, en La Nave Cultural.

-Como es volver a dirigir a Sutottos?

-Y... fácil. Trabajamos re cómodos. El primer espectáculo que dirigí con ellos fue “Rococo” en 2007. Después de ese espectáculos hicieron cursos en las escuelas, y luego vinieron con un texto y con Guadalupe (su esposa) nos hizo mucha gracia, nos reímos mucho. Entonces dijimos los vamos a producir y dirigir. Hicimos un año de temporada en el teatro Picadero, y al otro año fuimos al Chacarerean. Ahora decidimos recorrer el país.

-¿Qué tiene que tener la comedia para no caer en más de lo mismo?

-Uno primero piensa de que quiere hablar, cual es el tema, después a escribir los textos, construís el personaje. El lenguaje es el humor y los actores son cómicos, pero uno no está pensando en el chiste. Uno está pensando en lo que quiere contar, el puente termina siendo el humor, pero no está pensando desde el chiste. La situación en general si uno la aleja del humor es dramática, es triste, negra. En este caso de “Bigote Argentino”, la observación es sobre un personaje argentino muy pobre, con muy poca ilusión, muy ácido. Y el humor te permite absorber el tema, sin que sea un drama. Termina siendo una estética distinta, para que no sea una obra de Tito Cossa. Es un tema profundo pero con otro tipo de mirada.

-Todo parte del absurdo...

-Claro, es un absurdo pero es cotidiano. Y de repente cuando estás en una verdulería y ves que la señora que está comprando tiene un discurso de como está el país, y decís es una película de Fellini.

-Como docente, ¿qué encontrar en las nuevas generaciones que comienzan a estudiar y su visión del humor en el teatro?

-Yo pienso que el teatro sigue siendo un sistema paralelo a la realidad, está fuera de sistema. Siempre estará y siempre sobrevivirá por eso. La gente que hace teatro no está preocupada por como bailaron en lo Tinelli. Son realidades totalmente distintas, y tiene otro tiempo, respecto a la velocidad que hoy tiene la tele u otras artes. Y que hoy un chico joven decida meterse en el mundo del teatro ya habla de una puesta jugada. Son actividades que tienen otros tiempo, no sirve estar comunicados por Skype para pintar un cuadro, o para hacer un espectáculo. Se que hay directores que dirigen vía Skype, pero creo que es una broma (ríe). Hay terapia vía Skype... Y bueno el negocio es grande (larga carcajada).

En su derrotero escénico no existe el drama, la risa es protagonista de sus creaciones. Pero su ductilidad y talento en la comedia, lo forjó desde el entrenamiento y la estética del humor que creó junto a Los Macocos. Su actuación en “Toc Toc” le valió el premio ACE 2011 a Mejor Actor de Reparto. Además tuvo algunas participaciones en cine (“Un novio para mi mujer) y televisión (“Patas para arriba” y entrenador actoral en el reality “Operación Triunfo”).

“La idea del teatro es siempre la misma, tener ganas de hacer, de poner el cuerpo y pensar una idea para mostrarla en vivo, eso es el teatro y necesita muy poco. Después en la medida que uno crece y se profesionaliza necesita más, pero es una actividad que necesita de muy poco. A veces creo que lo más difícil es que la gente vaya al teatro. Pero esa es la diferencia del espectador de teatro que te vio y te lo cruzas, y es medio un pariente, y te dice: -Che te vi, que bueno. Y si vos te encontrás con alguien que te vio en la televisión: -¡Ah, vos estabas en la tele!

Es distinto el vínculo que tenés con una persona que te vio en el teatro, hay una comunión entre el espectador y el actor. Lo que está bueno es el no tiempo que tiene el teatro”, reflexiona con esa frescura innata que desprende carcajadas.

-Y el humor político, ¿dónde está en la comedia teatral?

-Seguramente en la comedia está. Es difícil hacer humor político, porque quizás eso tiene que ver con algo mediático, con la radio. La observación social ya es político, y a veces termina siendo más profundo que alguna cosa puntual, que cuando estrenaste esos políticos ya están en la cárcel o se fueron del país, o están en la casa juntando plata.

-¿Por qué crees que después de cuatro temporadas la gente quiere ver "Toc Toc"?

-No lo puede creer nadie, ni los productores. Pensar que hacen una tercera gira, con un elenco que no es el original, y a la vez ese elenco sigue en Buenos Aires llenando. No tiene explicación; hay una obsesión por ir a ver Toc Toc. El espectáculo que habla de las obsesiones se convirtió en una obsesión para el espectador. Y también eso produce una expectativa grande para el espectador, pero una ganas de divertirse y participar de ese evento. La obra ha logrado un nivel de efectividad de gag que la gente se ríe mucho, y se siente muy identificada. Quizás es un tema que le toca en algo muy intuitivo, que son las enfermedades íntimas, y se produce una catarsis del descubrimiento. Pero después no hay fórmula.

-¿Mirás algunos de los programas de humor que hay en televisión?

-Capusotto es un fenómeno. También está "Sin Codificar", y hacerlo en vivo es muy arriesgado. Son humores muy distintos. La televisión tiene poco espacio. Está lleno de artistas que trabajan con el humor, pero hay que hacer trabajos de traducción a la televisión y tenés que tener tiempo, y plata como para investigar. Y la verdad que los productores no se dan cuenta que ahí hay un negocio, pero porque no tienen tiempo. Se vuelcan por fórmulas conocidas que tampoco funcionan del todo. Hay un humor plano.

Un fenómeno teatral

Daniel Casablanca es uno de los actores que forma parte del elenco de “Toc Toc”, la comedia dirigida por Lía Jelin que lleva cuatro temporadas en cartel con un éxito rotundo en Buenos Aires.

La obra escrita por el francés Laurent Baffie relata el encuentro de seis personas que padecen Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC) y que coinciden en la sala de espera de un afamado psiquiatra.

Debido a su éxito, la comedia cuenta con dos elencos. El original (Mauricio Dayub, Gimena Riestra, Daniel Casablanca, Laura Azcurra, Eugenia Guerty y Diego Gentile) que realiza seis funciones semanales en Buenos Aires, y otro elenco formado por Claudio Da Passano, Patricia Echegoyen, Osqui Guzmán, Malena Figo, Mara Bestelli, Juan Grandinetti y Leticia González de Lellis que recorre el país y que visitará por tercera vez nuestra provincia con cuatro funciones de esta puesta que serán las que siguen: mañana a las 21.30 en el teatro Ducal (Lavalle 740) de Rivadavia; viernes a las 21.30 y sábado a las 20.30 en el Teatro Plaza (Colón 27) de Godoy Cruz.

Las entradas se encuentran a la venta en boletería de la sala, a $ 200, $ 220 y $ 250.

Tenemos algo para ofrecerte

Con tu suscripción navegás sin límites, accedés a contenidos exclusivos y mucho más. ¡También podés sumar Los Andes Pass para ahorrar en cientos de comercios!

VER PROMOS DE SUSCRIPCIÓN

COMPARTIR NOTA