"Es extraordinario, es el proyecto más ambicioso que hice profesionalmente en mi vida. Fueron más de 1200 horas de rodaje, más de doce semanas y todo el tiempo con dos unidades de grabación", expresó Burman en un alto del rodaje de la miniserie que se realizó en Salinas Grandes, el inmenso salar de la Puna jujeña.
"Realizar un producto de gran valor de producción con escenas de muchísima acción, efectos especiales y visuales, con situaciones que nunca antes había filmado y de las que tuve que aprender, demanda no solo un trabajo intelectual muy grande sino también uno físico", destacó el autor de "Derecho de familia", que con "Supermax" suma quince títulos como director a su trayectoria.
La serie, que se estrenará por la pantalla de la Televisión Pública Argentina a principios del próximo año, relata la historia de ocho personajes que deciden participar por un premio de un millón de dólares en un reality show que se desarrolla en un presidio aislado de la realidad, en medio de un desierto de sal, y en el que una década atrás había ocurrido un motín.
"Cuando Miguel Pereira comentó la idea de filmar en Salinas Grandes, me pareció un espacio muy interesante porque es un desierto de sal, donde no hay vida y tampoco tenés adónde ir, con lo cual lo más seguro es volver, es como Alcatraz", comparó con la isla californiana que fue utilizada como prisión federal entre 1934 y 1963.
Esta ficción "es un proyecto transgénero porque atraviesa un montón de tipos de relatos que van fluyendo juntos. Me parece muy atractiva la nueva dramaturgia. Creo que es interesante no encasillarse en un mismo género y, a la vez, el género resulta un atajo para el espectador", remarcó el director de "El Rey del Once".
La miniserie, compuesta por diez capítulos, de 48 minutos cada uno, que se filmó en los estudios de Globo en Brasil y en Salinas Grandes, de Jujuy y cuyo rodaje finalizó la semana pasada, cuenta "con un elenco tan grande y con situaciones tan complejas -afirmó Burman, con humor- que requiere tener un buen estado físico y cierta serenidad para poder llegar hasta el final. En principio estoy llegando".
Si bien la idea original de "Supermax" surgió de un grupo de guionistas comandado por el director brasileño José Alvarenga y se hizo una versión que ya fue transmitida en Brasil, esta propuesta -que por primera vez Globo extiende al público hispanohablante- es creada y adaptada libremente por Burman junto con el guionista Mario Segade ("Resistiré").
La versión argentina
"El proyecto es muy diferente del brasileño en cuanto a la psicología de los personajes, es más cercano a nuestra mirada psicoanalítica. Todos los personajes tienen en común que para huir de sus propios infiernos se encierran en una cárcel pero pronto se dan cuenta, en el reflejo de la mirada de los demás, que el infierno que habían creído dejar atrás está presente y no les queda otra que resolverlo", anticipó sobre el argumento.
En tal sentido y con un elenco iberoamericano, se reconstruirán las historias de Damián y Sunny Díaz, interpretados por los brasileños Felipe Hintze y Laura Neiva; la de Mercurio Salgado, en el cuerpo del cubano Rubén Cortada; Cholo Bernaza, protagonizado por el uruguayo César Troncoso; y Orlando Saslake, el presentador del programa que encarna el español Santiago Segura.
"Supermax" se completa con los actores argentinos Guillermo Pfenning, en la piel de Rex Pardo; Juan Pablo Geretto como Muriel Santa Lucía; Alexia Moyano, interpretando a Anette Gijón; Cecilia Roth como Pamela Dalmaso; Antonio Birabent en el rol de Sandro Tifón; y Laura Novoa encarnando a Lorna.
"Son historias de personajes muy extremos pero con el correr de los capítulos se tornan conflictos con los que es muy fácil identificarse, es el juego de la serie que me parece interesante. Como espectador, uno primero se distancia de los personajes para poder disfrutarlos y después con el tiempo empieza a verse parecido", reflexionó.
-¿Cómo fue grabar con un elenco multicultural?
-No fue fácil establecer un mismo tono pero se dio todo naturalmente y ayudó la trama porque es un "reality" panregional. Amalgamar a todos esos actores fue un gran desafío y salió muy bien, más allá de la altura y el calor. Los desafíos extremos rinden mucho más.
-Como hombre de cine, ¿esta es tu forma de pisar fuerte en la televisión?
-Sí. El año pasado armé una empresa nueva, dedicada y abocada al proyecto de televisión, Oficina Burman. Este es el primer proyecto que está en producción pero tenemos varios en desarrollo.
-¿Qué diferencias notas entre cine y televisión?
El sindicato (risas). Los trabajadores de la televisión y del cine ya no tienen diferencias, tienen el mismo rigor, el mismo conocimiento, la misma exigencia, los productos tienen la misma calidad.
La exigencia que tiene la dramaturgia en la televisión es muy alta, con lo cual sinceramente no sentí una diferencia. A veces tenés que trabajar un poco más rápido por los tiempos y el tiempo de dedicación, pero estoy muy feliz de trabajar en la televisión.
-¿Cuál es el atractivo de la televisión?
-Me entusiasma este formato de televisión. En diez o doce capítulos tenés multiplicidad de personajes, y personajes muy secundarios adoptan después otro espesor. Eso permite una complejidad que una película no.
-¿Te cansaste del cine?
-No me cansé pero encontré con la televisión el entusiasmo que tenía cuando empecé a hacer cine. Seguramente haré una película el año que viene, tengo proyectos para cine, este año voy a cumplir 20 años de hacer más o menos lo mismo, y se llega a un momento en que ya conocés el proceso.
La televisión tiene algo un poco desconocido, que no tiene que ver con la dirección o la construcción de una escena porque eso es igual para el cine y la televisión, pero es la necesidad de renovar, me genera un ímpetu más infantil que es bueno recuperar.
-"Supermax" además de Globo y TVP, cuenta con el apoyo de Mediaset España, TV Azteca (México) y con Teledoce (Uruguay), ¿podría haber sido sólo un proyecto de la Televisión Pública Argentina?
-Ni siquiera los americanos producen solos, ellos lo amortizan en todo el mundo. Es una pretensión ingenua tener un producto que compita en calidad con productos que son panregionales, abasteciéndose en un solo mercado.
Es una cuestión objetiva, no es ideológica. Hoy se consume de otra manera y es una realidad, no está en el plano de lo emocional ni de lo político, el mercado de la televisión abierta no permite, en casi ninguna parte del mundo, producir para un solo mercado o competir con la oferta que hay.
-¿Cómo ves esta puesta que se le hace al público hispanohablante?
-Disfruto de esta unión de la que surgió la idea de crear productos en español para el nuevo mercado sofisticado de Iberoamérica. Los contenidos audiovisuales cambiaron muchísimo, no sólo se alimentan de telenovelas sino también de influencias de nuevas plataformas digitales que han hecho que el espectador también cambie.
En eso, hay necesidad de productos en español que junto con Globo empezamos a ver como una oportunidad interesante de trabajo en conjunto y el caso testigo fue "Supermax".
Además, el espectador es alguien que entiende como nosotros y eso es un cambio importante, no menospreciarlo o pensar "ponemos esto para que lo entienda"; hay que ponerse en posición horizontal como autor y como director con la audiencia.