Dar con Hugo Lobo no es tarea sencilla. Pero no porque él sea un tipo difícil, no. El asunto es que es un tipo inquieto: toma y da clases de trompeta, pincha discos en su propia ‘bailanta’ (El Club de Lobo, que aquí tiene una edición mensual), sube a escenarios con Dancing Mood, conduce un programa de radio (“Hombre lobo”, por Radio Atómika) y dirige el Club de Atlanta.
Y en los huecos, dice, entrena boxeo. Osea: va de un proyecto en otro, con el ímpetu de quien está convencido. Siempre dice: “Casi nunca no laburo”. Y más: “Siempre que esté haciendo lo que elegí, me siento cómodo”.
Por eso entre 2009 y 2010, emprendió una odisea en Londres para contactar a los músicos que, deseaba (soñaba), estuvieran en alguno de los tres volúmenes de “Non Stop” (2011). Y por insistente se dio el gustito: grabó con Gaz Mayall, Winston Francis, Pauline Blck, Dorin Sheffer, Rico Rodríguez, Denis Wowell, Janet Kate y Sandra Cross. Todos, señores del ska. Todos, tipos que admiraba (Lobo es un melómano “rabioso”, si vale el adjetivo).
El disco -y la big band- salieron a las rutas en 2011. Y todavía no paran. Con este impulso Dancing Mood viene camino a Mendoza en su motorhome (tocan mañana, en la Fiesta de la Cerveza). Previo parate en Rosario, en donde les espera otro show.
La banda está en una gira que festeja 14 años de música y autogestión, y que cierra el largo, larguísimo, periplo que motorizó este disco triple.
Hace calor dentro del ‘dáncing móvil’. Los colchones desparramados a lo largo del palsillo prueban que la frescura del piso es la mejor alternativa para los músicos de la banda. Lobo descansa. Le salen las zetas.
Es que la noche anterior él (ellos) encendieron una fecha en Córdoba. Las suyas son zetas felices: la banda-hogar-cooperativa está festejando 14 años de autogestión e independencia. Y también de aguante.
“Lo principal es la música -nos decía él, hace algunos días-. Con la música como meta no tiene por qué haber ningún tipo de problema; más allá de los resultados que se vayan dando. De lo contrario se está más cerca de la salida que de la entrada. Hay que entender, también, que cuando las cosas económicamente van mejor es más fácil pero que en las malas hay que saber aguantar...”.
Para Dancing Mood las cosas van muy bien: les acaban de confirmar su aterrizaje en Vive Latino 2014 (será en marzo, en México), en breve comienzan su maratón de shows en Centro Kultural Kónex, de Buenos Aires (15, seguiditos, hasta el 27 de diciembre; con previas musicalizadas por Lobo). Casi al mismo tiempo están agendado fechas en el estudio porteño MCL Records; el mismo en el que grabaron parte del triple (el resto fue registrado en Inglaterra).
Pero el nuevo material supone un cambio en la discografía de la banda: pues tendrá temas compuestos por el trompetista. La noticia nos llega de boca de Gerardo, el tour manager de la banda. Él es el único despierto entre tanto colchón desparramado.
Y se aferra a un celular con señal caprichosa. “Son muchos proyectos”, comenta cuando ojea la agenda. “Porque terminamos la gira de ‘Non Stop’ pero seguimos. No paramos”.
No, no paran. Y nosotros tampoco. No, al menos, cuando escuchamos los primeros acordes de “Police woman” o “The Godfather”, nosotros tampoco.