Se terminó la época en la que las actrices mayores no obtenían el papel principal de una película, salvo en contadas excepciones: hoy en día, actrices maduras como la septuagenaria Catherine Deneuve siguen siendo estrellas.
Además de ella, las británicas Judy Dench (79 años), Helen Mirren (68 años) o la francesa Emmanuelle Riva (86 años), la heroína de “Amor” (2012), superan los 60, 70, y hasta los 80 años; sin perder por ello su vigencia en la taquilla.
Y los personajes de veteranas están tan de moda que los interpretan incluso actrices más jóvenes, como la chilena Paulina García, que con poco más de cinco décadas arrebató este año el Oso de Plata en la Berlinale interpretando a una divorciada de 58 años que sale a la búsqueda del amor.
A mitad de junio, la directora Marion Vernoux ofreció a Fanny Ardant, 64 años, el papel de una dentista jubilada que entabla una relación amorosa con un hombre mucho menor en “Mis Días Felices”. La película, una de las mejores sorpresas de este verano, tuvo cerca de 500.000 espectadores.
Qué decir sobre “El Postre de la Alegría” (Paulette), estrenada a principios de este año, con Bernadette Lafont en el papel sorprendente de una abuela que se convierte en traficante de drogas para llegar a fin de mes. ¿El resultado? Más de un millón de entradas vendidas para ver uno de los últimos roles de la actriz, fallecida en septiembre a los 74 años.
“Amor” de Michael Haneke, película ampliamente galardonada en todo el mundo, tuvo más de 760.000 espectadores en Francia, y más de 3,3 millones en el extranjero. Ambos actores, Emmanuelle Riva y Jean Louis Trintignant, son octogenarios.
A ellas se suma Judi Dench, la famosa “M” de la saga James Bond, que tiene el papel principal en “Filomena” de Stephen Frears, una película muy bien acogida en la última Mostra de Venecia.
Los adultos mayores, grandes cinéfilos
¿Se debe acaso este fenómeno a la aparición de nuevas circunstancias? No necesariamente. “¡Así como hay películas para adolescentes, no veo por qué no puede haber películas para gente mayor!” declaraba recientemente Emmanuelle Bercot, directora de “El viaje de Bettie”, que deseaba escribir un papel para Catherine Deneuve y para ello tuvo que “crear un personaje de su edad”. Además, “los adultos mayores son los que más van al cine, junto con los jóvenes” señalaba igualmente la joven cineasta.
Según un reciente estudio del Centro Nacional del Cine (CNC) en el 2011, los adultos mayores (a partir de 50 años) se convirtieron en la población cinematográfica más importante en Francia, representando el 34,2% de las entradas (contra 14,3% en 1993), seguida por los jóvenes menores de 25 años (31,8%).
Sin embargo, el historiador del cine Bernard Bastide no cree que todos estos factores sean el resultado de una transformación general del séptimo arte.
“Hoy en día, hay buenos papeles para mujeres de 50, 60, 70 años porque es raro y excepcional”, resalta Bastide; cuyo libro “Una vida de Cine” consagrado a su amiga Bernadette Lafont sale de imprenta esta semana.
Bernadette Lafont “no renunció a envejecer en las pantallas, y como no hubo ruptura en su carrera que hubiera dejado un vacío de 5 o 10 años, la vimos envejecer naturalmente”, señala el escritor.
“Ella me decía que el papel de Paulette (en “El Postre de la Alegría”) era una gran oportunidad para una actriz de su edad”, añade Bastine. “Bernadette decía que cada década obtenía un gran papel. Paulette fue el gran rol de sus 70 años”.
La vejez “hay que asumirla con determinación, es decir sin escuchar a nadie. Hay que familiarizarse con ella, como con la muerte”, declaraba Fanny Ardant; tras el estreno de “Los Días Felices”.