Si el actual ministro de Gobierno, Dalmiro Garay, supera la audiencia pública de hoy y la sesión especial del Senado de la semana que viene, podría asumir en la Suprema Corte de Justicia el próximo 2 de julio.
Esto es así porque el todavía juez supremo, Alejandro Pérez Hualde, a quien ya le salió la jubilación, trabajará en ese tribunal hasta el viernes 29 de junio.
La información surgió de la propia Corte. "El primer día hábil de julio (lunes 2) Pérez Hualde ya no tiene que venir a trabajar", confirmaron voceros del Palacio Judicial.
Eso habilita entonces a quien lo suplante, que bien puede ser Garay, postulado por el gobernador Alfredo Cornejo para ese cargo.
De todos modos todo está supeditado a lo que suceda este jueves y, principalmente, el martes de la semana que viene, cuando se realice la sesión especial del Senado.
En principio, el oficialismo tiene los votos para que, por simple mayoría, Garay se transforme en juez de la Corte.
Si así sucede, el artífice de los principales cambios judiciales que promovió Cornejo deberá sólo esperar a que Pérez Hualde deje su despacho, lo que ocurrirá el último día hábil de este mes.
Una audiencia favorable
A partir de las 9.30 de hoy, en el anexo de la Legislatura (Gutiérrez 51), Garay se someterá a la evaluación de senadores y del público en general, en la audiencia pública que analizará su postulación a la Corte.
Como ya se ha informado, la semana pasada finalizó el período de presentación de adhesiones e impugnaciones para el aspirante a ministro de la Corte.
Garay llega a la audiencia de hoy prácticamente sin sobresaltos, ya que obtuvo 1.852 adhesiones y apenas 19 impugnaciones.
Ese resultado, de alguna manera, le da el aval mayoritario de la sociedad para integrarse al máximo tribunal de Justicia.
Entre las adhesiones, la mayoría provino sectores ligados a la Justicia, como colegios de abogados, notariales y representantes de universidades.
En tanto que de las impugnaciones, las más notorias provinieron de sectores sindicales, fundamentalmente referenciados con la oposición política a Garay, quien ha prometido desafiliarse de la UCR si es nombrado en la Suprema Corte.