Aventura. Ésa es la palabra con la cual se inicia esta entrevista a la mano derecha del pentacampeón (2005, 2007, 2010, 2012 y 2013) en motos, Cyril Despres, el cual incursiona, desde el año pasado, en coches con el equipo oficial Peugeot, con el modelo 2008 DKR 2016 tracción trasera, del que todos hablan.
Su nombre es Joel Laborde, nacido en Mendoza, pero radicado hace 15 años en Andorra, un pequeño país del suroeste de Europa, que dicho sea de paso, es el hogar de grandes corredores, como en el caso de Despres.
En una charla a fondo con Más Deportes, Joel nos cuenta sus vivencias y perspectivas sobre la edición 2016 y número 37 de la historia del rally raid más duro y famoso del mundo.
- ¿Cómo llegaste al país de Andorra?
-Fue en el 2001, por la aventura de conocer Europa en general y contacté con un gimnasio, en el cual comencé a trabajar. Me fui de Argentina, en parte, por la crisis que sufría, pero a la vez también era relacionarse con otras partes del mundo. Nunca había tenido la oportunidad de conocer el Viejo Continente, ya que mi intención era trabajar allí en mi profesión. Rápidamente se dio la chance de estar como entrenador. Creo que si no ejercía mi labor, volvía a mi país.
-¿Cómo conociste a Cyril Despres?
-Tuve la oportunidad debido a que él hacía varios años tenía un problema en la espalda y justo, en un gimnasio donde trabajo, su médico traumatólogo me contactó. Yo empleo una serie de sistemas poco diferentes a lo normal, que me permiten realizar la prevención de lesiones y de rehabilitación en diferentes zonas, donde la espalda es una de ellas. El método es bastante efectivo y rápido. Por lo cual, me comuniqué con él, ya que Cyril le pidió que si alguien le podía ayudar y en cuatro sesiones, el dolor se le fue. Luego, comenzamos a focalizarnos en la parte de la fuerza, cardiovascular, movilidad, flexibilidad, testeo cognitivo, trabajo arriba de la moto… Todo esto es hasta el día de hoy, que lo sigo entrenando. Desde que está bajo mi cuidado, obtuvo dos Dakar consecutivos, luego pasó a Yamaha, donde tuvo una buena actuación. Peugeot le hizo una propuesta, que era “de locos” decir que no. Este es el sexto año que trabajamos juntos.
-¿Cómo es trabajar con un deportista del nivel de Cyril?
-Todos los atletas son especiales y el entrenador tiene que ver la manera de llegar a ellos de una manera eficiente, tanto a nivel físico, como emocional. No solo se trata de proponer un entrenamiento, porque básicamente los deportistas y los seres humanos son multiestructurados. Hay que tener en cuenta todos los soportes, además de lo emocional, cognitivo y coordinativo. Esto es interesante al nivel de cómo ellos procesan la información. Cyril es fantástico, su nivel de motivación es altísimo. Tengo la suerte de mi lado, porque lo conocí cuando estaba en lo máximo y hoy, que pasó a coche, observo cómo está haciendo las cosas para llegar a lo máximo. Realiza lo que tiene que realizar. En pocas palabras, es un ejemplo. Creo que debería escribir libros para que la gente aprenda lo que es la autosuperación. Tenemos una gran cohesión, porque ambos tenemos la misma forma de pensar y él hace todo por mejorar, lo que lleva a un sacrificio y a un desgaste. Constantemente, está produciendo cosas para mejorar dentro del coche, que sus capacidades visuales vayan más rápido, que su estado mental sea óptimo cada día. Para poner en claro, en una de las etapas superó a Nasser Al-Attiyah y estuvo a cuatro minutos de Sébastien Loeb.
- Además de Despres ¿tuviste la oportunidad de entrenar con otros deportistas, vinculados al automovilismo?
-En realidad, tengo una estrecha relación con motociclistas y entreno al copiloto de Cyril. El tema de trabajar con profesionales como David Castera y Despres, que tienen su familia en Andorra, los puedo preparar en un cierto período de tiempo, hacer una especie de microciclos o mesociclos concentrados de entrenamientos, que abarcan de a una a tres semanas o bien, un mes. En ese lapso, desarrollan una cualidad y luego se van de viaje a realizar tests con el coche, a promociones… Imagina que Cyril puede estar seis meses de un lado hacia otro y uno solo es para competir. En donde vivo, trabajo con ciclistas profesionales, con Marc Márquez y realizo una suerte de “consulta”: vienen, los evalúo y se llevan recomendaciones. A mi criterio, entrenar es hacerlo en simultáneo con el atleta. Es conocerlo, a nivel motivacional y construirlo desde ahí. Tengo la fortuna de estar con deportistas de alto nivel.
- ¿Qué se encuentra un entrenador con su corredor, que atravesó una desgastada carrera, como es el Dakar?
-Cuando comienzas a entrenar a un atleta, tienes que hacer evaluaciones para verificar, por ejemplo, las lesiones anteriores que tuvo y seguidamente, un estudio del riesgo de lesiones que pueda llegar a tener. Según ciertos problemas de movilidad, de inhibiciones nuero-musculares, se está ante la posibilidad de sufrir daños en el hombro. En el caso de Cyril, llegaba bien físicamente. A los dos días de finalizar el Dakar, lo veía perfecto.
- ¿Cómo es la preparación a nivel mental en el Dakar?
-Hace un año, Despres hizo la transición de moto a coche, es aquí donde hay ciertos ejercicios que realizamos para mejorar la reacción visual y la rapidez de la respuesta motora, los cuales se desarrollan en forma integrada. Esto sumado a que concurre a un centro especializado, en donde realiza un tratamiento similar a los de rehabilitación de la mente y la coordinación, con ordenadores. Este año, planeamos la preparación con la adaptación al calor: entrenábamos en una sala, con una bicicleta a 40 grados y con el 30 por ciento de humedad para simular la condición climatológica, idéntico proceso con el entrenamiento de altura y para evitar que se registre una merma en el rendimiento.
- ¿Qué tuvo de especial Argentina para que desde 2009 se corriera el Dakar?
-Lo esencial fue la infraestructura que tiene el país y la seguridad. Más allá de que se abandonó África por el terrorismo, la primera opción fue este país por el terreno y el apoyo gubernamental. Aparte de Cyril, entrené a muchos amateurs que corrieron el Dakar y lo viven de otra manera: como un fan, como alguien que respira una aventura. Ellos destacan del país la amabilidad de la gente y de la admiración que tienen con los coches. Vuelven a sus países encantados por el trato. Conozco muchos casos de que han ayudado a suministrar gasolina a la moto de un piloto. Aunque también he observado que en vez de que el Dakar se amplíe a más territorios de Sudamérica, se ha ido disminuyendo, pero ignoro si se buscarán otras alternativas.
- ¿Qué diferencia hay, con respecto al entrenamiento, entre el Cyril Despres que estuvo en motos y el que hoy está en coches?
-Lo que los separa es que básicamente es otro deporte. Lo bueno del Dakar es que una persona con talento en motocicleta, pueda pasar a coche y seguir su carrera deportiva, extendiéndola incluso hasta los 25 años. La transición de un vehículo a otro es gigante. A nivel visual, en moto, tienes un campo grande y en automóvil es más estrecho, ya que los tiempos de reacción tienen que ser más veloces. También hay que sumarle que tienes a una persona al lado, que te dice dónde están los cambios, los pasos y los peligros de la ruta. En motos, estás solo y por ende, tomas las decisiones en forma independiente. La cohesión con un compañero es importante y es el factor clave para ganar el Dakar. Ahora bien, si pones empeño, la adaptación será más rápida. En su primera etapa, su nivel era alto. En coches, necesita más tiempo de familiarización, en tanto que en el aspecto físico está bien preparado.