Da sus primeros pasos con la ayuda de sus profesores

Facundo Ochiuto encontró en su madre y en los docentes del gimnasio municipal del barrio La Gloria el apoyo necesario para intentar levantarse de su silla de ruedas. Con mucho esfuerzo y horas de rehabilitación lo está logrando.

Da sus primeros pasos con la ayuda de sus profesores

Por estos días, Facundo Ezequiel Ochiuto (16), ha alcanzado una meta muy grande para él: ha logrado erguirse en su silla de ruedas, y en una oportunidad, hasta dar unos tímidos pasos con apoyo.

El joven nació con una parálisis cerebral, a consecuencia de la cual sufrió acortamiento de los músculos isquiotibiales y del tendón de Aquiles de ambas piernas. Su destino, casi inevitablemente, era quedar confinado en una silla de ruedas y tener que recibir ayuda de terceras personas.

La perseverancia de su madre, Natalia Orosco, el tratamiento dispensado por profesores del polideportivo Jorge Contreras del barrio La Gloria, perteneciente a la Municipalidad de Godoy Cruz, y su propio empeño, le abren una ventana de esperanza, limitada, pero cierta.
Hace unos días pudo levantarse en la silla, y en otro momento, dar unos pasitos, con ayuda.

La recuperación del chico, cursante del secundario en el centro de adultos (Ceba) Claudia Gramuglia, de la misma barriada, comenzó a gestarse un tiempo atrás. Primero fueron 2 operaciones que le practicaron en un centro médico privado. Las cirugías lograron un alargamiento de los isquiotibiales.

"Fue una respuesta concreta, los médicos nos dijeron que se podían esperar cambios en su estado, pero no sin grandes sacrificios", contó la mamá.

El paso siguiente se concretó casi por casualidad. Un día de verano, la familia, que se completa con 5 hermanos, más chicos que él, concurrió a la pileta del gimnasio municipal. "Supimos entonces, añadió Natalia, que los 'profes' del lugar podían atender a Facundo y ver qué se podía hacer y empezaron con el tratamiento".

Facundo fue tomado como paciente-alumno por los profesores de educación física Rubén Dimarco,  Laura Casado (43), y la kinesióloga Celina Arrula (37). Todo con el auspicio del director de Deportes municipal, Fernando Muñoz.

"Se inició un trabajo de movilidad articular y fortalecimiento de músculos, para continuar con un abordaje más programático", relataron los profesionales.

Mientras tanto, Facundo estaba a medio camino entre el optimismo y la desazón. "Al principio me costaban mucho los ejercicios por mi debilidad muscular y estaba un poco miedoso", dijo el pibe y su madre confirmó que el ánimo no era el mejor.

Los progresos fueron acentuándose cuando en el caso apareció la kinesióloga Celina. "Comencé a trabajar con "Facu" en los consultorios municipales del híper  Libertad. Laura se encargaba de llevarlo hasta allí 2 veces por semana, en su auto particular porque la familia no tiene movilidad propia".

La atención kinesiológica se concentró en estimular la movilidad articular a través de elongaciones de los miembros inferiores (piernas) y también en la propiocepción del paciente, que es todo lo relacionado con la parte neurológica y muscular, o dicho de otro modo, el sentido que informa al organismo sobre la posición de los músculos. Además, el programa integral de rehabilitación del joven incluye masoterapia y la estimulación muscular con electroterapia.

El primer momento de felicidad del tratamiento se vivió hace unos días, cuando Facundo logró pararse por sus propios medios en la silla que lo contiene y hasta pudo dar algunos pasos de "patito", auxiliado por los docentes. "Movimientos pequeños, pero esperanzadores", coincidió el grupo que trata al alumno, quien necesitaría disponer de unas paralelas para seguir entrenándose en el hogar.

"Cómo te sentís", quisimos saber.  "Estoy contento, la gente es muy buena conmigo; nunca pensé que en este barrio iba a lograr este cambio", asegura el muchacho, hincha de Boca Juniors y jugador de basquetbol sobre silla de ruedas.

Y realmente es otro muchacho,  a juzgar por la comparación que hizo su madre. "Antes no quería hacer nada, permanecía recluido, bajoneado...".

Aunque le falta terminar la educación media, el adolescente promete seguir estudiando. "Me gustaría cursar computación o veterinaria, o ambas cosas, si pudiera", aseguró.

A partir de las operaciones del año pasado y la expectativa transmitida por los médicos intervinientes respecto a poder caminar, aunque sea con limitaciones, Facundo debe recorrer todavía un largo trayecto. Él lo sabe. "Quiero ver si puedo mejorar más, pero no hubiera hecho nada de no haber sido por los profesores del municipio; ellos levantaron mi ánimo".

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