Andy Kusnetzoff luchó contra el COVID-19 y le ganó la batalla. Tras ocho días de internación, recibió el alta médica y contó todo lo vivido. El conductor se hizo el hisopado porque había tenido fiebre y estaba decaído; al darle positivo el resultado, se quedó en el Sanatorio de la Trinidad y ahora le llevó tranquilidad a todos.
Y fue este martes 21 de julio que Andy habló en su programa de Radio Mitre y se le notaron algunos signos de estar en plena mejoría: tono pausado sin exigencias. “Ayer me dieron de alta del Sanatorio. No volví a casa todavía, estoy en un departamento terminando la cuarentena. Me quedan 10 días para poder estar con Flor (su mujer) y con Elena (su hija), así que acá estamos esperando”, contó
Y como repaso de lo vivido, explicó en “Perros de la calle”: “Esto fue el lunes pasado, que me acerqué al Sanatorio de la Trinidad a testearme. Fui y si tenía el virus, irme a hacer la cuarentena a mi casa, pensé. Y mi doctora, Jimena Serra, me dijo: ‘Con esta tomografía no te puedo dejar ir’, y cuando me lo dijo fue un momento difícil. Fue complicado. Tenía una neumonía bastante grande”.
A lo que sumó: “Aparentemente este virus te puede agarrar de bastantes formas: hay algunos que son asintomáticos, que no se dan cuenta, y después hay un porcentaje que es como yo, que te agarra con neumonía. Dentro de ese porcentaje yo tuve la suerte de salir bien y de estar bien ahora”.
Para que todos los oyentes tengan en cuenta, Kusnetzoff describió los síntomas que tuvo: “Es duro, es como que tenés el cuerpo cagado a palos, el cuerpo lo tenés como si estuvieras agotado, no tenés fuerza para hacer nada. Yo tuve fiebre los primeros días y ahí me fueron monitoreando el oxígeno. Lo importante es eso; se fijan en cuánto oxigeno tenés, porque si bajás de un número te tienen que dar oxígeno y terminás con respirador. Por suerte de esa parte zafé. Hay un día que es clave, un día en el que salís adelante o empeorás. Por suerte mi camino fue el de mejorar, el de salir adelante”.
“Lo que yo cuento es para reflexionar. Lo cuento como comunicador. Yo trato de no juzgar a nadie y entiendo que cada uno hace lo que puede, sobre todo con lo laboral. Pero hay una parte que no es laboral. Por esto, a los relajados, traten de cuidarse. No todos son asintomáticos, también tenés casos como el mío, que estuve en terapia intermedia”, dijo a corazón abierto.
Sobre el estar internado, expresó: “Es difícil. Yo tengo un gran poder de adaptación, pero es difícil. Me entregué ahí, a una habitación en la que entré un día y no abrí la puerta hasta una semana después que salí. Sí entran médicos, muy poco, pero vos como paciente no salís de ahí para nada, estás solo, sin hablar con nadie”.
Para cerrar la entrevista telefónica, habló de los cuidados que tomó y que fueron en vano: “Los que me conocen saben lo obsesivo que soy y todo lo que me cuidé. Tengo el mismo par de zapatillas desde que empezó esta pandemia, atento a la ropa, no entré ni una naranja que no fue pasada por lavandina, a todos lados con barbijo y después hasta con máscara transparente que te tapa toda la cara, y me contagié. Nunca me relajé, al contrario. Me enojé con los que no usaban barbijo, y me pasó más allá de toda la responsabilidad”.