“Gran Hermano” fue el primer reality popular del país, sus integrantes entraban a la casa y todo los argentinos observábamos qué sucedía allá adentro mientras que la prensa contaba datos inéditos de esos nuevos personajes de la tele. Tamara Paganini fue una de ellos, participó de la primera edición y sufrió la fama.
Hoy, a 20 años de esa experiencia, en una entrevista exclusiva con Exitoina, la mujer relata todas las situaciones difíciles por las que ha pasado, como pérdidas de dinero, ataques de pánico, juicios, no tener para comer y hasta el pensar quitarse la vida.
“Yo quería eso. Huir. Quería que la tierra me tragara”, así describió Tamara sus sensaciones tras salir de la casa en la cual se consagró como subcampeona, quedándose hasta el último día en el programa junto a Marcelo Corazza. “Principalmente quería huir del medio porque hacía que yo no pudiera caminar tranquila por la calle. Mis peores momentos después de GH no fueron en los medios, sino en la calle. Pero por lo que generaban los medios”, detalló.
“Me han arrancado pelos, algunos por odio, otros porque querían llevarse un recuerdo mío. Me han escupido, a mí y a Gastón (Trezaguet), en la calle, en un boliche (…) No pude salir de mi casa durante meses, hasta que decidí irme a vivir a Córdoba. Encerrarme allá, porque no podía caminar por la calle, no podía entrar a un comercio. Un director de teatro me dio bigote, barba, pelo postizo y yo empecé a disfrazarme de hombre y con actitud de hombre para poder caminar en la calle. Porque por más que te camufles, no sirve”, relató.
Además, se refirió a la imagen que los portales daban de ella: “En esa época no estaban las pole dancers, entonces en ese momento no sabían si eran bailarina o puta (…) Y te escupían, te insultaban. Durante muchos años odiaba ser yo”.
En la charla, la periodista le consulta por qué no eligió el camino de la fama una vez que salió de “Gran Hermano”, como lo hizo la gran mayoría de participantes. Y ella respondió: “Yo cuando salí me decían que querés hacer. Cine, teatro, novela, radio. Y yo ahí sólo quería irme a mi casa. Si los medios habían provocado que mi vida fuera intolerable, no iba a seguir ahí. Yo creía que en algún momento se desinteresarían por mí. Después entendí que no era así, que yo al negarme estaba generando aún más interés. Mis fotos salían más caras que las demás. Eran conceptos que no tenía. Yo no sabía que me podían pagar por estar en un boliche. No sabía en concepto de presencia”.
“Entré con otra cabeza, quería seguir viviendo mi vida, entonces, me explotó una bomba en la cara. Y al no capitalizarlo me hizo daño, pero creo al día de hoy, que si no hubiera tomado esa decisión, me hubiera suicidado. Hoy estoy más grande. Nunca me dejaron totalmente en paz. Pero con la terapia y todo entendí que nunca voy a dejar de ser Tamara Paganini”.
“Las consecuencias que sufrí al salir de la casa me hicieron pasar por tantos momentos que hicieron a la mujer que soy hoy, de alguna manera… Es raro, pero es lo peor que me pasó la vida y fue lo que más me destruyó. Me destruyó a cero. Terminé en cero y me reconstruí de cero. Y hoy estoy con ganas de volver. Ya entiendo al medio, ya entiendo cómo es esto”, confirmó la rubia.
“Quiero volver despacito, quiero hacer las cosas bien. No quiero que se armen quilombos ni nada, ni ‘ay porque dije esto’. Quiero volver tranquila, dedicarme. Quiero actuar… Nunca dejé de actuar la verdad, desde que me subí esa primera vez (2004) que me había llamado René Bertrand para reemplazar a Anabel Cherubito, no me pude bajar nunca más”, confió.
Y feliz, anunció sus proyectos próximos: “Después de 8 años vuelvo al teatro, el próximo 13 de marzo estreno una obra con Antonio Leiva en el teatro Empire, así que estoy re emocionada. Cuando vos vas cambiando la energía te empiezan a llegar cosas que te hacían falta. Además estoy preparando un programa de radio también para marzo, que además no tiene tanta exposición. Estoy tomando clases con Alejandro Scarzo de radio y me está ayudando mucho a armarlo. Será un magazine y apuntará a un público de 30 para arriba, con música de los 80 y los 90”.